El Pais (Valencia)

Hombreras, cocaína y desplomes en Bolsa

Movistar + estrena ‘Black Monday’, la serie producida por Seth Rogen y Evan Goldberg La música de una década

- ROCÍO AYUSO,

En el rodaje de Black Monday, la nueva serie que Showtime ha estrenado esta semana, los pobres actores tuvieron que esnifar tanta leche en polvo para tantas escenas en las que sus personajes, agentes bursátiles de los años ochenta, consumían cocaína, que los productore­s llegaron a preguntarl­es si tenían algún tipo de alergia a la lactosa. En las pequeñas dosis habituales en otras películas no habría problemas, pero en estas cantidades les podría resultar nociva. Lo que dice bastante del tono, excesivo y tragicómic­o, que los productore­s Seth Rogen y Evan Goldberg dan a esta serie sobre la crisis financiera de 1987 —la peor que había sufrido el mercado bursátil hasta la época—, y los tres patanes imaginario­s que la provocaron, una producción que desde este domingo estará disponible en Movistar +.

A uno de ellos, Maurice Mo Monroe, le da vida Don Cheadle, un actor ya acostumbra­do a los grandes proyectos de cine y a aparecer en las carísimas películas de Marvel; de hecho, no pensaba volver a televisión. Venía de hacer cinco temporadas de House of lies y de haber ganado un Globo de Oro por ellas. “Pero los ochenta fue una época de tales excesos, una era tan políticame­nte incorrecta, desde la que podíamos tocar tanta fibra sensible... Me ofrecieron un mundo tan divertido y tan abierto al juego que no pude más que decir, ‘Vale, aquí estoy. He vuelto”, admite el actor a EL PAÍS.

Tiene a su lado a sus dos compañeros de reparto, Andrew Rannells (Girls) y Regina Hall (Ally McBeal). Juntos, forman un trío de agentes ineptos y pequeños, de los que no encontrarí­an hueco en los libros de historia ni en los especializ­ados en economía. Y, segurament­e, tampoco en las muchas películas sobre la desmesurad­a avaricia de Wall Street. “Yo te diría que son unos perdedores. Su compañía no figura entre las diez primeras del mercado. Pero eso los hace más peligrosos. Son menos ortodoxos, más creativos”, describe Rannells. “Nadie espera nada de ellos, lo que alimenta su irracional­idad”, añade Cheadle. Junto con la cocaína y las hombreras, la otra gran marca de los ochenta es la música, y la serie la usa alegrement­e para su retrato a brocha gorda. “Madonna es la que más sobresale”, anuncia Cheadle. Hall se suma a la respuesta recitando de una tacada: “Pero están Spandau Ballet, WHAM con George Michael, Loose Ends, Duran Duran, Simple Minds, The Bangles”. Para poner orden en esta riada musical Cheadle contó con el asesoramie­nto de Chuck D, rapero y productor, quien le preparó una lista de cortes musicales que alimentaro­n el rodaje, los personajes y hasta los guiones. “Se lo di también a los guionistas para que lo escucharan mientras escribían”, explica.

Que sean personajes de ficción no quita veracidad a su entorno. Todo está estudiado (y exagerado), desde la cocaína a las hombreras. “Yo aprendí que no tienes por qué esnifar cocaína por las dos fosas nasales”, alerta Hall no sin una carcajada. Otro desafío: negociar los complicado­s diseños de los años ochenta. “Menos las medias que se llevaban, perfectas para disimular la celulitis”, admite la actriz. Cheadle justifica el look en chándal y zapatillas de deporte como una seña de identidad de su personaje, “preparado para tirar una puerta abajo o echar a correr perseguido por alguien con traje”.

Los dirigen dos de los nombres más inquietos de Hollywood. Seth Rogen y Evan Goldberg son viejos conocidos de las películas de Judd Appatow, como Juerga hasta el fin, Virgen a los 40 o Supersalid­os: Rogen delante de las cámaras y Goldberg como productor. Ahora se centran los dos en mover (mucho) la cámara. “Tienen estilos muy diferentes”, puntualiza Cheadle. “Seth es increíble con la cámara. Y Evan es más acertado con las notas de interpreta­ción”, detalla Rannells. “Lo que contamos es bastante cierto. Absurdo, pero cierto. De alguna forma, lo podemos seguir viendo. La volatilida­d de los mercados, las escasas razones para tomar decisiones... Es cierto que la sociedad ha evoluciona­do, pero también ha dado marcha atrás. Es la sociedad de hoy vista con el prisma de los ochenta. Una serie que intenta ser divertida, aunque trate de un tema de lo más serio”, concluye el intérprete. #0

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