El Pais (Valencia)

Dos nuestros

- Fernando Savater

Esta semana hemos recordado —con flores, con palabras, con lágrimas— dos muertes violentas: la de Enrique Ruano, hace 50 años, y la de Gregorio Ordóñez, hace 24. Dos hombres jóvenes que desafiaron la obediencia debida impuesta por sistemas criminales y pagaron por ello. Además de su coraje, les vinculan otras aproximaci­ones circunstan­ciales: uno de los premios Enrique Ruano a la defensa de los derechos humanos, que se conceden cada noviembre, recayó en 2018 en Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio. Y el homenaje del pasado domingo a Enrique Ruano ha tenido lugar en los jardines de Gregorio Ordóñez, en Madrid. Por eso Consuelo, en su cuenta de Twitter, ha subrayado este parentesco democrátic­o entre ambos luchadores. De inmediato ha recibido objeciones en la red de quienes justifican una muerte pero no la otra o vitorean a uno de los caídos y menospreci­an al otro. Los unos tienen a Enrique por un corifeo comunista, los otros a Gregorio por un facha y ambas piaras colaboran en volver a matarlos a los dos. No es una de las dos Españas la que hiela nuestro corazón, sino la atroz semejanza entre quienes creen que hay dos.

Enrique y Goyo, de haber llegado a conocerse, habrían discrepado ideológica­mente en muchos aspectos, como suele pasar entre personas preocupada­s por el bien común en una sociedad democrátic­a. Pero creo firmemente que estarían de acuerdo en algo esencial: la necesidad de un orden político que acogiese sus discrepanc­ias y las encauzase sin violencia ni terror social. Desde luego, ninguno de ellos hubiera levantado su mano contra el otro. Ambos se parecieron en aspirar a una convivenci­a en la disidencia bajo leyes acordadas, es decir, a la libertad. Pero aún más parecidos entre sí son quienes les arrebataro­n ese derecho.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain