Madrid, capital del exilio venezolano en Europa
La diáspora es mayor en Miami o Bogotá, pero la capital de España es un centro de poder clave por su influencia sobre los socios de la UE
No hay dos diásporas iguales. Si la cubana tiene una capital clara en Miami, el poder de la comunidad de más tres millones de venezolanos en el exterior está descentralizado en una constelación de ciudades donde Madrid brilla con fuerza. Se vio claro el miércoles, cuando venezolanos de unas 175 ciudades del mundo salieron a las calles para respaldar al opositor Juan Guaidó en su desafío al presidente Nicolás Maduro. En la capital de España, miles de manifestantes llenaron la Puerta del Sol en un mitin extraordinario al tratarse de una reivindicación política extranjera.
Además de ser destino de cada vez más inmigrantes del éxodo, los políticos y activistas venezolanos han desarrollado una intensa campaña en Madrid, donde tienen amistad con políticos activos y expresidentes como Felipe González o José María Aznar. Aunque las comunidades en Miami o Bogotá son más numerosas, los opositores ven al Gobierno español como una bisagra clave para mover a los 28 socios europeos contra Maduro. “España le ha dado decibelios al drama venezolano en toda Europa”, dice el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, que llegó a Madrid en 2017 tras huir de Venezuela, donde llevaba dos años apresado sin juicio por motivos políticos.
Aunque la influencia geopolítica de Europa está en cuestión, hay opositores venezolanos en España que le dan tanto valor o más que el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, que el miércoles reconoció de inmediato a Guaidó como presidente legítimo. “Estados Unidos seguirá siendo la potencia global o lo que quieras, pero para mí la Unión Europea es incluso más importante que EE UU. Son 28 países frente a uno”, dice el exembajador venezolano ante la Unión Europea Fernando Gerbasi, residente en Madrid. “Con sanciones simultáneas en EE UU y Europa, los arrinconas y obligas a negociar”, destaca Lester Toledo, líder en España del partido venezolano Voluntad Popular.
Miami fue el destino preferido por los venezolanos que salieron en los primeros años del chavismo, pero desde 2013, con Maduro en el poder, el exilio se ha globalizado. Muchos que se han establecido en Europa son hijos o nietos de los inmigrantes españoles, portugueses o italianos que buscaron fortuna en Venezuela en la segunda mitad del siglo XX. Otros sin recursos para un vuelo han salido con lo puesto y poco más por tierra hacia Colombia, Brasil y otros destinos latinoamericanos.
La diáspora ha encontrado utilidad en su dispersión. “Hemos transformado una mala noticia en buena. Nos hemos convertido en una fuerza de presión mundial”, dice desde Estados Unidos Rodrigo Diamanti, presidente de Un Mundo sin Mordaza, una ONG opositora con filiales en más de 120 ciudades.
En Madrid y su periferia se han asentado más de 66.000 inmigrantes nacidos en Venezuela, una comunidad que ha duplicado su tamaño en solo tres años conforme se ha agravado la represión y el éxodo. Aunque el estereotipo los sitúa en el acomodado barrio de Salamanca, muchos son de clase media arruinada que ha comenzado de cero en la capital.
Entre las cabezas más visibles sobresalen figuras como el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, el presidente editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, o Leopoldo López Gil, el padre del líder opositor bajo arresto domiciliario en Caracas, Leopoldo López. Algunos han salido por la puerta de la terminal de llegadas de Barajas al grito de “Libertad”, como ha sido el caso de Ledezma o el joven activista Lorent Saleh.
No tienen local de reunión fijo en Madrid pero sí una asamblea virtual, un grupo de WhatsApp donde participa una treintena de personas, entre ellos representantes de varias ONG, partidos y figuras destacadas. Ahí coordinan reuniones o acciones rápidas como las protestas de esta semana. Pertenecen a distintos partidos y han tenido choques personales e ideológicos, pero ahora las fuentes consultadas dicen que se ha producido un consenso extraordinario en torno a Guaidó.
Los opositores tienen relación con políticos españoles
Su asamblea madrileña es un grupo de WhatsApp de 30 miembros
Entusiasmo
“Ha logrado un milagro”, dice Otero sobre la unidad y el entusiasmo que ha generado dentro y fuera del país el líder opositor, de 35 años. “Poner de acuerdo a 30 personas no es fácil”, dice Salvador Pimentel, director de la ONG Liga Pro Derechos Humanos.
“Entre nosotros hay diferencias, pero todos estamos de acuerdo en recuperar el Estado de derecho y la legalidad”. Algunos pertenecen a un pequeño grupo que viaja por el mundo para ganar apoyos de Gobiernos. En otros destinos como Bogotá o Miami residen otros destacados opositores. “La diáspora en Madrid destaca por su unidad y colaboración, comparada con otras ciudades”, valora Toledo.