La segunda vida de las energías renovables
El sector asiste a la consolidación de empresas con un modelo de negocio basado en la rentabilidad y no en primas
España, que fue pionera en renovables, vuelve a apostar por estas energías verdes. Siete años después de la llamada moratoria de las renovables, que paró el despliegue de la eólica y la fotovoltaica en el país al suspenderse las primas y las subastas, un grupo de empresas, muchas de reciente creación, está poniendo en marcha decenas de proyectos de nuevos parques de generación. Y lo hacen a pecho descubierto, curtidas tras un exilio forzoso, dejando atrás un modelo de negocio basado en subvenciones y saliendo a competir directamente en el mercado. Tras el fiasco de sus hermanas mayores, tienen gravado a fuego que, además de verdes, deben de ser rentables.
Entre la nueva camada del sector destaca la aragonesa Forestalia, nacida en 2011, con proyectos en eólica, fotovoltaica y biomasa que suman 3.600 megavatios (MW). O la gallega Greenalia, cotizada en Bolsa, con raíces en la biomasa y que tiene proyectos de parques de generación por 1.250 MW, “todos en estado avanzado de permisos y autorización, y alguno en construcción”, dice su director financiero, Antio Fernández.
Esta nueva ola de inversiones permitirá recuperar los años perdidos y sumar más de 10.000 nuevos megavatios de potencia instalada en renovables a un sistema eléctrico, el español, a punto de no cumplir sus compromisos con Bruselas. “Solo en eólica instalaremos más de 5.000 antes de marzo de 2020”, apunta Virgilio Márquez, director general de la AEE (Asociación Empresarial Eólica). Unos proyectos que reactivarán el sector y supondrán unas inversiones de más de 4.500 millones de euros, además de “25.000 a 30.000 empleos en la construcción”. “Algo similar pasará en la fotovoltaica, donde esperamos que se implanten unos 4.500”, dice José Donoso, director general de UNEF (Unión Española Fotovoltaica).
España está, pues, en pleno regreso de las energías limpias después de que hace siete años se pararan todas las inversiones debido al fuerte volumen de deuda generado por las primas a la producción, lo que hizo que la potencia eólica instalada en España se quedara anclada en los 23.100 MW: y la fotovoltaica en los 4.800. Mientras esto ocurría aquí, otros países sí siguieron sumando potencia. Entre 2012 y 2017 la eólica dobló su presencia global, de los 283.000 a los 540.000 megavatios. Se prevé que supere el millón en 11 años.
Ante la situación en España, las empresas más audaces se lanzaron al exterior, sobre todo a Lates tinoamérica. “Estuvimos trabajando en España hasta 2013, cuando hicimos los últimos proyectos en fotovoltaica”, apunta David Ruiz de Andrés, presidente de Grenergy, grupo que también cotiza en Bolsa, “pero enseguida nos centramos en trabajar fuera”. La empresa, con una cartera de parques en solar y eólica de 2.500 MW en diferentes fases de desarrollo, desembarcó en Chile en 2012, en México en 2013, en Perú en 2014, en Colombia en 2015 y en Argentina en 2016.
Pioneros en Chile
También X-Elio, especializada en fotovoltaica y con una cartera de 3.780 en desarrollo y 1.300 en construcción, empezó a actuar fuera de España en 2008. “Comenzamos por Italia y luego fuimos a EE UU”, señala Jorge Barredo, su consejero delegado. La empresa está ahora en 12 países y tiene 41 parques solares. “Pusimos en operación en 2016 en Chile el primer parque sin ninguna prima”, recuerda Barrero.
Cox Energy, fundada en 2014, ni siquiera llegó a operar en España. Presente en México, Chile, Colombia y Panamá, tiene una cartera de más de 5.000 megavatios en estos países, “de los que la mitad están respaldados por contratos de suministro de energía”, señalan fuentes de la empresa. Los otros 2.500 se encuentran en diferende fases de desarrollo y listos para acudir a licitaciones y a la firma de contratos con clientes.
La nueva posición de las renovables, ya competitivas, y el cambio climático llevan a muchas de estas empresas a regresar a España. Es el caso de Grenergy. “Estamos a punto de arrancar la construcción de nuestro proyecto Los Escuderos en Cuenca (200 MW), nuestra primera construcción aquí desde 2013”, informa Ruiz de Andrés. Y Barredo, de X-Elio, confirma que tienen la intención de seguir presentando proyectos a las próximas subastas. La empresa resultó adjudicataria de 455 megavatios en la segunda subasta de 2017, proyectos ya en construcción.
La internacionalización fue vital para mantener una industria, la de equipos, que, de otro modo, hubiera desaparecido. “Pese al parón, el sector eólico mantuvo su capacidad industrial y tecnología”, explica Márquez, de la AEE. Esta industria tiene más de 200 centros de fabricación y da empleo a 22.500 personas. “Somos el cuarto país exportador de tecnología eólica”, presume. También Donoso, de UNEF, reconoce que “sin la internacionalización, la industria solar, que reúne a 325 empresas, genera 19.000 empleos y exporta 900 millones, no hubiera sobrevivido”.
A la hora de explicar este revival conviene recordar que el sector ha vivido un círculo virtuoso
Muchas firmas regresan ahora a España tras un exilio forzoso por el giro del Gobierno en 2012
cambios tecnológicos y de mercado que ha llevado a las renovables a no necesitar subvenciones. De hecho, algunas empresas ni piensan presentarse a subastas. “En Grenergy creemos que España no las necesita. Gracias a la riqueza de recursos naturales y al avance de la tecnología, hace tiempo que las energías limpias compiten sin necesidad de tarifas o subvenciones”, explica Ruiz de Andrés. A otros rivales, sin embargo, sí les interesa el respaldo de las subastas, que funcionan como una garantía para los inversores. De hecho, estas convocatorias han jugado su papel. “La tendencia ha cambiado tras la celebración de las últimas tres subastas en España en 2016 y 2017”, asegura Márquez.
En enero de 2016, se adjudicaron proyectos por 700 MW y al año siguiente la apuesta se amplió con dos nuevas subastas —mayo y julio— en las que se distribuyeron otros 8.137 (fueron 4.608 para eólica y 4.010 para fotovoltaica), en total casi 9.000 megavatios. Entre los ganadores destacó Forestalia, que obtuvo una potencia de 2.000, la mayor parte (1.200) en eólica. “Todos los parques asignados por las subastas de 2017”, dice Fernando Muñoz, vicepresidente de esta empresa, “tienen que estar en funcionamiento en diciembre del año que viene”.
La mayor parte de estos proyectos están, pues, en fase de de-
Una nueva oleada de inversiones permitirá sumar 10.000 MW en los próximos años
Las compañías dependen ahora del mercado para poner en marcha sus proyectos