Imputados en Bolivia dos jesuitas por tapar el caso del diario del cura pederasta
La Fiscalía acusa a ambos altos cargos de la Compañía de Jesús de proteger al sacerdote Alfonso Pedrajas
La Fiscalía Departamental de Cochabamba (Bolivia) ha imputado formalmente a los antiguos superiores de la Compañía de Jesús Marcos Recolons y Ramón Alaix, ambos españoles, por encubrir durante décadas al jesuita valenciano Alfonso Pedrajas, fallecido en 2009, que admitió en un diario secreto haber abusado sexualmente de decenas de niños en varios centros bolivianos de la orden, gracias a la protección de sus superiores, entre 1972 y comienzos de los años 2000. Tanto Recolons (ahora con 81 años) como Alaix (de 83) aparecen citados por Pedrajas como dos de los siete altos cargos de la orden en Bolivia que le ayudaron a eludir las denuncias de sus víctimas. “Tenían la obligación de controlar el funcionamiento de cada una de las obras jesuitas, más aún en la que tenían bajo su cuidado y protección a niños y adolescentes en evidente estado de vulnerabilidad”, aparece en el documento de imputación del ministerio público boliviano al que ha tenido acceso ese periódico. Recolons y Alaix deberán comparecer mañana en los tribunales de Cochabamba para una audiencia presencial.
El ministerio público ha solicitado medidas cautelares contra los imputados por “peligro de fuga”, “peligro efectivo para las víctimas” y por posible “obstaculización judicial”. Mientras que en España solo los jueces tienen la potestad para imputar a una o varias personas de un delito, el ministerio fiscal boliviano puede hacerlo siempre “que existan suficientes indicios sobre la existencia del hecho y la participación del imputado, debiendo emitir un requerimiento debidamente fundamentado de acuerdo”.
La noticia de la imputación llega casi un año después de que EL PAÍS publicara un reportaje de investigación sobre el diario personal de Pedrajas, al que bautizó como Historia y guardó para que nadie de los jesuitas lo encontrase. En sus más de 300 páginas, confesó que, durante décadas, como misionero en Bolivia, abusó de al menos 85 menores mientras era profesor en el internado Juan XXIII de Cochabamba. “Hice daño a demasiados”, es una de sus notas. En el documento también relata que al menos siete de sus superiores, especialmente Alaix y Recolons, y otra decena de clérigos en Bolivia y España conocían sus delitos y le protegieron. Ninguno le denunció ante las autoridades ni impidió que siguiera en contacto con menores. En el reportaje de este periódico, además, aparecieron varias víctimas de Pedrajas que relataron con crudeza las agresiones que sufrieron y cómo la Compañía de Jesús miró hacia otro lado cuando denunciaron lo sucedido.
Investigación de oficio
La publicación del reportaje provocó un terremoto mediático. La Fiscalía abrió una investigación de oficio, y tanto el Ministerio de Educación como el procurador general de Bolivia, Wilfredo Chávez, se personaron como acusación ante los tribunales. La Compañía de Jesús movió ficha: también denunció el caso y apartó a ocho de sus ex altos cargos — entre ellos a Recolons y Alaix—. Todo esto animó a nuevas víctimas a contar su caso, muchas de ellas señalaron a otros clérigos de pederastia. En total, este periódico informó de hasta una decena de sacerdotes acusados de abusos de menores en centros bolivianos. Siete eran españoles. Entre ellos, el arzobispo de La Paz Alejandro Mestre y otros jesuitas compañeros de Pedrajas que aparecen citados en su diario, como Lucho Roma o Luis Tó. Este último, trasladado en 1992 por la Compañía de Jesús de España a Bolivia después de ser condenado en Barcelona por abusar de una menor de ocho años.
El diario de Pedrajas se ha convertido en la piedra angular de las investigaciones de la Fiscalía de Bolivia, cuya “autenticidad está respaldada por los testimonios de víctimas y el trabajo investigativo realizado en España”, según cita el documento de la imputación. Al menos 15 víctimas han acudido a las autoridades civiles para incluir en esta causa los abusos que sufrieron. El ministerio público boliviano considera que todas ellas aún sienten “temor, impotencia y afectación emocional”, y que, por ello, la mayoría ha solicitado formar parte de los programas de protección de testigos. “El padre Alfonso Pedrajas me ha tocado todo. Ha sido una de las experiencias más traumáticas que he tenido en mi vida”, aparece en una de las declaraciones.
Muchas de estas denuncias están apoyadas por informes psicológicos redactados por especialistas de la Unidad de Protección a Víctimas y Testigos de la Fiscalía (UPVT). De hecho, una de sus conclusiones generales sobre estas declaraciones es que, “pese al tiempo transcurrido de la comisión de los hechos de agresión sexual, los mismos presentan inestabilidad emocional”.
La Fiscalía también subraya la impunidad con la que Pedrajas agredía a los menores, lo que era “un secreto a voces” en varios centros de la orden.