Bruselas denuncia a España por no impedir el robo de agua en Doñana
La Comisión lleva al Tribunal de Justicia la inacción de las Administraciones ante el desvío de agua para la agricultura. Los ecologistas aseguran que no se eliminan cultivos ilegales
Tras años de inacción de las Administraciones contra el robo de agua en Doñana, la Comisión Europea ha terminado denunciando a España por no proteger adecuadamente el acuífero del que vive este espacio protegido, una de las reservas naturales más importantes de la UE y Patrimonio de la Humanidad. Este proceso contra España arrancó en 2010, cuando la organización ecologista WWF presentó una queja. Después de varios avisos por los incumplimientos —el último dictamen motivado es de abril de 2016—, la Comisión anunció ayer que lleva a España ante el Tribunal de Justicia de la UE. Se abre así un proceso en el que podría ser sancionada si no soluciona este problema que también ha suscitado quejas de la Unesco, que ha llegado a barajar incluir a Doñana en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad en peligro.
Doñana, ubicada en el margen onubense de la desembocadura del Guadalquivir, es un ecosistema cuya supervivencia depende del agua, de la superficial y de las masas subterráneas. Pero este emblemático espacio —donde viven especies en peligro, como el águila imperial y el lince ibérico, y que es un punto clave en Europa para las migraciones de aves— está cercado por las actividades humanas. Por un lado, en el corazón del parque se ubica un núcleo turístico, Matalascañas. Por otro, rodeando al espacio protegido hay miles de hectáreas de regadío dedicadas a los frutos rojos.
La Comisión recordó ayer que “grandes cantidades de agua se están desviando” para fines agrícolas y para el turismo desde hace años. “La fuerte caída en los niveles de agua subterránea” ha hecho que zonas importantes por sus valores ambientales y por su extremada vulnerabilidad sean más sensibles a las sequías y se deterioren. La Comisión advierte de que los hábitats pueden degradarse aún más y que España incumple así las directivas referidas a las zonas sensibles y a las masas de agua. “España no está tomando las medidas adecuadas para evitar el deterioro de los hábitats protegidos en estos humedales”, resumió Bruselas.
WWF recordó ayer que la extracción incontrolada de agua “está dañando gravemente el acuífero y los hábitats y especies protegidas”, y que lleva más de una década advirtiendo de esa “sobreexplotación”. Sus últimos cálculos sitúan en más de 1.000 los pozos ilegales que captan agua del acuífero de Doñana y en más de 3.000 las hectáreas de cultivos ilegales de fresas y frutos