El Pais (Valencia)

Renault cambia a su cúpula tras la dimisión de Ghosn

- SILVIA AYUSO, París

La era Ghosn ha terminado. El consejo de administra­ción de Renault confirmó ayer como nuevo presidente del grupo francés a Jean-Dominique Senard, hasta ahora número uno del fabricante de neumáticos Michelin, y a Thierry Bolloré como director general. Concluye así —o al menos eso esperan tanto la compañía como el Gobierno galo— la era de indecisión que comenzó con la detención en Japón en noviembre del otrora todopodero­so presidente del consorcio, Carlos Ghosn.

Que la dimisión de Ghosn la anunciara desde el foro de Davos, horas antes de la cita de Renault en su sede en París, el propio ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, no fue casualidad. Le Maire había dado ya implícitam­ente la orden del cambio al decir, el domingo pasado, que el Gobierno dejaba de apoyar a Ghosn, acusado por las autoridade­s japonesas de irregulari­dades fiscales al frente de Nissan, y que era hora de nombrar a sus sucesores para garantizar una “gobernanza sólida y perenne”. Esta es la tarea que tienen ahora Senard, de 66 años, y Bolloré, de 55, que se repartirán los poderes que hasta ahora reunía en su persona el empresario de origen brasileño-libanés.

Senard será además el “interlocut­or principal” ante la alianza con los socios japoneses de Renault, y tendrá la “total responsabi­lidad” para gestionarl­a “en nombre de Renault” y en colaboraci­ón con Bolloré, indica un comunicado de la empresa. El consorcio franco-japonés nació en 1999 entre Renault y Nissan, y Mitsubishi se sumó en 2016. “Es importante que esta alianza continúe siendo extremadam­ente fuerte”, dijo Senard tras la decisión de Renault,

informa Reuters. Su nombramien­to fue rápidament­e “saludado” por Nissan, que considera que este paso “abre un nuevo capítulo”, declaró el máximo directivo del fabricante japonés, Hiroto Saikawa. “La alianza Renault-Nissan debe seguir siendo el número uno mundial”, instó Le Maire.

Hace una semana, Mitsubishi acusó a Ghosn, al frente de Renault desde 2005, de haber recibido un pago ilegal de 7,82 millones de euros entre abril y noviembre de 2018 de una joint venture de las dos automovilí­sticas niponas. Ghosn también está acusado de ocultar parte (unos 70 millones de euros) de sus ingresos millonario­s pactados con Nissan entre 2010 y 2018 y de usar a la compañía para cubrir las pérdidas de algunas inversione­s personales. El empresario, una de las personalid­ades más admiradas en el mundo del motor hasta su detención, ha negado repetidame­nte los cargos que se le imputan.

La alianza franco-japonesa emplea a 450.000 personas y produce anualmente cerca de diez millones de vehículos. Uno de cada nueve coches que se vende hoy en el mundo procede de las fábricas Renault-Nissan-Mitsubishi.

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