El Gobierno italiano quita importancia al retroceso del PIB
El Ejecutivo afirma que se trata de un dato esperado
La entrada en recesión técnica de Italia, sumida desde hace meses en el ruido de la propaganda del gobierno formado por Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga, devuelve al país a la realidad. La noticia, en un gesto poco habitual, fue adelantada por el primer ministro, Giuseppe Conte, la noche anterior. La idea era transmitir a toda costa que se trataba de un dato esperado que no altera las previsiones en las que el Ejecutivo ha basado su polémico presupuesto. La caída del 0,2% trimestral —el segundo consecutivo— es la peor desde hace cinco años. Hay que acudir al cuarto trimestre de 2013 para encontrar una igual, pero el Gobierno asegura que no piensa revisar sus previsiones.
La fragilidad de Italia quedó de manifiesto en la negociación del presupuesto con la UE, en la que los mercados dispararon la prima de riesgo hasta niveles de 1,2 0,2 2013 y advirtieron al gobierno de las consecuencias de llevar el déficit más allá de lo que fijaba la UE. Por eso ayer salieron en tromba todos los hombres fuertes del Ejecutivo, empezando por el propio Conte, que atribuyó la caída a la guerra comercial entre China y EE UU. Luego llegó el ministro de Economía, Giovanni Tria, que aseguró que el “esperado” dato “no afecta a la confianza de los inversores”. Y, finalmente, fue el vice primer cuestionan ese relato, y creen que el enfrentamiento abierto por el Ejecutivo con Bruselas por unas cuentas demasiado expansivas en el gasto público ha tenido consecuencias al lastrar la confianza de los inversores en el país.
Más allá de disputas sobre herencias recibidas, el estancamiento italiano viene de lejos. Y está acompañado de una montaña de deuda pública (el 132% del PIB) solo inferior en la UE a la de Grecia. El futuro inmediato
ministro y ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, quien señaló que la culpa de la situación era de los gobiernos anteriores.
El Gobierno de Conte, tras varias correcciones, fijó su objetivo de crecimiento para 2019 en el 1%. Un dato que podría tambalearse ahora si no hay una fuerte inversión en los próximos meses. De hecho, el Banco Central Italiano y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un aumento del PIB del 0,6% en 2019, mientras que la agencia de calificación financiera Standard & Poor’s apunta a un 0,7%.
La situación sí preocupa a los empresarios, que llevan meses advirtiendo al Gobierno de las consecuencias de algunas decisiones tomadas. El presidente de la patronal (Confindustria), Vincenzo Boccia, cree que en tampoco aparece despejado. Roma espera un crecimiento para 2019 del 1% gracias a un impulso en la segunda mitad del año, pero el Banco de Italia y el FMI rebajan ese avance a un pírrico 0,6%.
El vigésimo aniversario de la eurozona se presenta así para pocas celebraciones. En ese tiempo, la moneda única no ha servido de revulsivo para Italia, como sí lo ha sido por ejemplo para Alemania. La convergencia económica sigue desaparecida en combate pese a los más de cinco años de crecimiento ininterrumpido. La economía de los Diecinueve acumula con este 23 trimestres de expansión, y el desempleo en la UE se encuentra por debajo del 8% por primera vez en una década, pero como advirtió el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en ese tiempo la economía apenas ha crecido algo más del 10%, por debajo de otros actores globales como Estados Unidos o China.
Esperando a Alemania
A la espera de que se desglosen los datos definitivos de crecimiento de todos los países, Francia (0,3%) y España (0,7%), segunda y cuarta economías del euro, crecen por encima de la media. “La buena noticia es que los datos preliminares de España y Francia apuntan a una recuperación de las exportaciones mayor de la esperada, pero la economía europea se sigue enfrentando a muchos riesgos, sobre todo desde el sector exterior”, apunta Ángel Talavera, analista de Oxford Economics.
Alemania, el país más dependiente de las exportaciones, aún no ha hecho público el dato de PIB, pero los expertos esperan que los problemas de la todopoderosa industria automovilística y las complicaciones para navegar por la falta de agua en el río Rin, la arteria que conecta las mercancías germanas con una parte de su mercado, impacten negativamente en su economía.
enero habrá una bajada peor vinculada a la caída que ha experimentado Alemania. “Hay que empezar a hacer las obras públicas previstas, empezando por el TAV (el tren de alta velocidad para unir Turín y Lyon)”, señaló.
Si las previsiones negativas se confirman en los dos primeros trimestres de 2019, es muy probable que se recurra a una modificación presupuestaria de unos 2.000 millones de euros para evitar un incremento del déficit. De hecho, ya existe una cláusula en el acuerdo alcanzado con la UE que lo permitiría. El problema es que el M5S y la Liga han presentado unas cuentas expansivas que prevén la rebaja de la edad de jubilación y una suerte de renta ciudadana que dispararán el déficit al necesitar, al menos, 10.000 millones de euros.