Chechenia condena a cuatro años al jefe de una destacada ONG
El director local de Memorial había sido acusado de posesión de drogas
Chechenia se acerca a un punto más oscuro. Uno en el que no haya defensores de los derechos humanos para reportar los abusos del Ejecutivo de Ramzán Kadírov, aliado de Vladímir Putin. Un tribunal de esta república rusa condenó ayer por posesión de drogas a Oiub Titíev, director de Memorial en Chechenia, una organización que documenta casos de torturas y otras vulneraciones de derechos humanos, en un caso que Titíev, sus abogados y organizaciones de derechos civiles perciben como fabricado en venganza por el trabajo del activista. Titíev, de 61 años, cumplirá una condena de cuatro años en una colonia penal y tendrá que pagar una multa equivalente a unos 1.400 euros.
La sentencia contra el histórico activista, que llevaba un tiempo denunciando el acoso de las autoridades chechenas como otros muchos compañeros, puede suponer el inicio de una nueva purga de activistas y de cualquier tipo de disidencia. En agosto, Kadírov, molesto por las denuncias de las ONG sobre la represión contra gais y lesbianas en Chechenia y la reacción de la comunidad internacional ante lo que han definido como “purgas”, ya anunció que quienes velan por el fin de la impunidad y los abusos no eran bienvenidos en su república. “Anuncio oficialmente a los activistas de derechos humanos: después de que finalice el juicio, Chechenia será un territorio prohibido para ellos, como lo es para terroristas y extremistas”, dijo.
Titíev, que había estado documentando casos de detenciones secretas e ilegales de chechenos, fue detenido en enero de 2018 por la policía, que afirmó que había hallado 206 gramos de cannabis en su coche en un control de tráfico. Ya entonces, el activista, conocido por no beber y practicar deporte diariamente y que se sabía muy vigilado, afirmó que le habían colocado las drogas.
“Fabricaron el caso penal durante cinco meses y la sentencia durante ocho”, afirmó Titíev a la prensa presente en el juicio, tras conocer el veredicto. La familia del activista ha abandonado el país hace ya un tiempo debido a las amenazas. Sus abogados y sus compañeros reclaman que la sentencia es “ilegal” pero también se han mostrado aliviados porque sea “relativamente moderada” por el hecho de que pueda cumplirla en una colonia penal, dijo uno de los responsables de Memorial, Oleg Orlov, según Interfax.
Las autoridades chechenas se apresuraron a negar cualquier implicación en la sentencia. “No hubo interferencia directa o indirecta en el proceso judicial por parte de las autoridades de Chechenia”, dijo el portavoz jefe, Alvi Karimov. “Al contrario, se impuso a la corte una presión a gran escala sin precedentes de los diplomáticos occidentales y de varias organizaciones occidentales”.