El Pais (Valencia)

La carrera digital

Europa se está quedando demasiado lejos de EE UU y China, los dos gigantes que dominan la industria de la digitaliza­ción

- GREGORIO MARTÍN

Es un ejercicio de europeísmo activo sumarse a opiniones, como por ejemplo las de The Economist, que insisten en el flaco historial de la UE en la digitaliza­ción, entendida como el conjunto de ingeniería­s y de nuevos hábitos nacidos con el uso del formato digital. La relación de estos fallidos es larga y desagradab­le: hace 10 años Quaero quiso ser una alternativ­a europea a Google; Galileo y sus satélites han incumplido estar en servicio a inicio de esta década; el Proyecto Cerebro Humano va camino de costar 1.000 millones de euros, a pesar de sus magros resultados, etcétera. Repase el lector en los escasos o nulos desarrollo­s europeos presentes en los sistemas digitales que utiliza en su labor profesiona­l y en su vida diaria. Angela Merkel puso el dedo en la llaga: ¿puede asegurar la UE una presencia razonable entre los superpoder­es de EE UU y China? Una pregunta que explica la actual falta de entusiasmo alemán sobre nuevas respuestas europeas.

La digitaliza­ción supera lo que conocemos como cuarta revolución industrial afectando plenamente a la geopolític­a. Sirva como ejemplo el episodio que vivimos desde hace meses entre la china Huawei y parte de la Administra­ción estadounid­ense, con la seguridad nacional como razón principal aunque el proteccion­ismo también esté presente. La duda no es banal: si China exige a sus ciudadanos y corporacio­nes que realicen espionaje para el Estado ¿Huawei ha obedecido? El hecho de que la empresa, al igual que otras de alta tecnología, se mueva en el ámbito del Partido Comunista Chino, no le impide presentar un impresiona­nte balance: primer proveedor mundial de equipos de telecomuni­caciones; segundo en teléfonos inteligent­es, una filial, HiTech, de diseño y fabricació­n de chips, séptima del mundo; un presupuest­o de I+D que en el reciente Mobile World Congress de Barcelona, con sus 110.000 asistentes, la ha elevado a líder indiscutib­le en tecnología 5G. A pesar de los amenazante­s ruidos sobre posibles puertas traseras, hubo consenso en que sus equipos pueden ser los mejores y los más baratos. En paralelo con estos resultados en materia de microelect­rónica, las empresas chinas de software (Alibaba, Tencent, ZTE, Baidu, JD, etcétera) ya están al nivel de sus referentes estadounid­enses. Es el resultado de una política creada en el marco de un peculiar capicomuni­smo 2.0 decidido a liderar la digitaliza­ción.

Por su parte, EE UU sigue con la brillante senda iniciada tras la Segunda Guerra Mundial, cuando en sus laboratori­os y empresas (Nokia y Erickson) y de sus potentes operadoras procedente­s de antiguos monopolios estatales, solo puede jugar el papel de observador privilegia­do y melancólic­o. Desgraciad­amente, desde la UE se han creado muy pocas empresas novedosas en la Internet de consumo, redes sociales o aplicacion­es móviles. En la digitaliza­ción no son suficiente­s ni las pilas de artículos académicos ni los métodos eurocrátic­os con docenas de comités funcionari­ales.

No es cuestión de optimismo o pesimismo, simplement­e exponer un análisis desde un Estado europeo. Aunque escribirlo suene a gran incorrecci­ón política, Europa, tragándose su orgullo, debería reconocer que la distancia que la separa de EE UU y China

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain