El derrumbe más caro del Atlético
La imposibilidad de pelear por los títulos ha puesto en la diana a Simeone y en duda la continuidad de Griezmann, que se ha ofrecido a varios grandes clubes europeos
Más que la eliminación en sí, la manera de caer ante la Juventus en Turín (3-0) golpeó como nunca a la figura de Diego Pablo Simeone. Sin respuestas tácticas para contener la avalancha del campeón italiano, la imagen transmitida por el Atlético fue la de un equipo menor que acabó el duelo como lo empezó: muriendo en su propia área. A 10 puntos del Barcelona en LaLiga tras el traspié de Bilbao, eliminado de la Copa en octavos por el Girona y sesgado el sueño de disputar la final de la Champions en el Metropolitano, por primera vez en sus casi ocho años al frente del Atlético Simeone está en el centro de la diana de gran parte de la hinchada rojiblanca. Los resultados de las encuestas mediáticas y las opiniones en las redes sociales, agradecidas también con los éxitos alcanzados, no solo han puesto en solfa la labor del entrenador argentino. El estilo con el que relanzó al club hasta la élite europea también está en entredicho. Nunca ha estado tan cuestionado El Cholo como ahora. Algunos jugadores interpretaron su conservador planteamiento en Turín como una transmisión de miedo. Otros percibieron en el campo que el plan les llevaría a la eliminación.
Ante esa novedosa y generalizada avalancha de críticas, más el maremágnum interno desatado, el dueño del club, Miguel Ángel Gil Marín, emitió el viernes un comunicado de apoyo al entrenador. Extrañamente, solo apenas un mes después de haberle renovado hasta 2022 y de convertirle en el entrenador mejor pagado del mundo (22 millones netos), el club decidió hacer público ese refuerzo al técnico. El mensaje vigorizó la idea de que este es el Atlético del tótem Simeone. En el triunfo y en la derrota. La misiva, de alguna manera, trasladó al club a esos días de zozobra tras la final de la Champions perdida en Milán en 2016 contra el Real Madrid en los que el técnico amagó con marcharse. Hay tanto convencimiento
Por sus elevados salarios, la terna de delanteros es el mayor quebradero de cabeza para cuadrar las cuentas del próximo curso. Los números no dan para mantener a los tres. Uno tendrá que salir y en el club tampoco se descarta que este sea Griezmann. Su salida aliviaría una tabla salarial que se disparó y rompió el equilibrio en el vestuario. Fuentes conocedoras del mercado aseguran que desde hace tres meses el entorno del delantero francés le ha estado ofreciendo a varias de las grandes potencias europeas, una de ellas de la Premier, que le dio como respuesta que no puede alcanzar los cerca de 20 millones netos que percibe en el Atlético.
Un problema futbolístico
El sábado, el diario L’Équipe reveló que varios emisarios habrían intentado reabrir la puerta del Barcelona, al que Griezmann renunció la temporada pasada. Si se produce su marcha, la lectura obligada será que el club hizo un sobreesfuerzo por retenerle como pieza principal para tratar de alcanzar el objetivo sobre el que ha girado toda la planificación y el elevado gasto: el intento por levantar en su propio estadio la primera Copa de Europa.
El mercado, si se concretasen las ventas de Griezmann y Lucas, le auguraría a la entidad una recaudación que superaría los 200 millones de euros. Prácticamente cerrada la renovación de Oblak y el fichaje de Héctor Herrera, centrocampista mexicano del Oporto, el debate sobre el perfil de las nuevas contrataciones apuntará directamente al estilo.
El problema del Atlético este curso ha sido futbolístico. Simeone no ha explotado el talento de un plantel en el que era evidente que ya no podía jugar de la misma manera que en sus mejores años. Se cuentan con los dedos de una mano los partidos en los que ha sido autoritario desde su estilo: Borussia Dortmund (2-0), Alavés (3-0), Real Sociedad (2-0) Getafe (2-0) y Juventus (2-0), todos en casa. También se contabilizan pocos jugadores a los que Simeone haya extraído un rendimiento acorde con las aspiraciones. Oblak y Rodrigo han sido los más notables y regulares, con Griezmann estelar apenas en el tramo que va de diciembre a febrero. Demasiado poco para el Atlético más caro de la historia.