La fusión de los dos gigantes bancarios alemanes pone en riesgo 30.000 empleos
Commerzbank y Deutsche Bank se disparan en Bolsa tras anunciar que están en negociaciones para unirse
El anuncio de las negociaciones para una posible fusión de los dos grandes bancos alemanes, Deutsche Bank y Commerzbank, dio pie ayer a advertencias sobre el coste laboral que puede tener la operación. “Desafortunadamente, tendríamos que asumir que estarían en peligro 10.000 puestos de trabajo y, en el largo plazo, hasta 30.000 empleos, especialmente en Alemania”, dijo Jan Duscheck, jefe del área bancaria del sindicato Verdi a la televisión n-tv. Desde el punto de vista sindical, semejante mega fusión “no crearía un modelo de negocio sostenible a largo plazo”.
En cambio, en la Bolsa, el anuncio fue recibido ayer con subidas en los títulos de ambas entidades. Los de Deutsche Bank se revalorizaron un 4,15%, y los de Commerzbank, un 6,83%.
El sindicalista Duscheck, que es además miembro del Consejo de Supervisión del Deutsche Bank, consideró que mantener los puestos de trabajo debe ser uno de los criterios de las negociaciones entre los gigantes bancarios. El DBV, sindicato de banca, emitió en los últimos días similares consideraciones y también dejó entrever que el proceso contará con importantes resistencias. Los dos bancos juntos emplean a 140.000 trabajadores en todo el mundo.
“No hay garantía de que se vaya a realizar una transacción. En este contexto, confirmamos que se están celebrando conversaciones con el Commerzbank”, señalaba el comunicado emitido el domingo por Deutsche Bank. El próximo jueves está prevista una reunión entre las cúpulas de ambas entidades. La confirmación del inicio de unas conversaciones con un final abierto y con vistas a una posible fusión se producen tras meses de intensos rumores y después de que el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, medio confirmara en Bruselas el arranque del proceso. El asunto es de un considerable calado político, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno alemán posee el 15% del Commerzbank.
El Deutsche Bank, por su parte, encadena desde hace varios años escándalos financieros que han minado su credibilidad y su rentabilidad. Pese a los enunciados planes de reestructuración, la entidad no ha logrado evitar la caída continuada del precio de sus acciones.
Las autoridades de Berlín no se pronuncian abiertamente sobre la fusión. Sin embargo, la prensa alemana da por hecho el fuerte interés del Gobierno en que los dos bancos en horas bajas se unan y formen un nuevo gigante bancario alemán, capaz de respaldar a las empresas alemanas y de competir con entidades de Estados Unidos y China.
El ministro de la cancillería, Helge Braun, evitó pronunciarse el lunes en una entrevista con el diario Bild sobre la operación. Aseguró que compete a dos entidades privadas. Pero también aseguró que el Ejecutivo tiene en cuenta los empleos que están en juego, porque “es un asunto muy relevante”, dijo. Y añadió: “Un Gobierno nunca permanece pasivo en un asunto de semejante magnitud”.