El Pais (Valencia)

El accidentad­o retorno a las oficinas

Las grandes empresas retrasan el regreso de sus plantillas y la introducci­ón del modelo laboral de tres días presencial­es y dos de teletrabaj­o

- POR CARMEN SÁNCHEZ-SILVA

Parecía que el 1 de septiembre iba a ser el gran día. La jornada elegida por las grandes empresas para la vuelta masiva de sus empleados a las oficinas tras casi un año y medio de teletrabaj­o. Pero no. La virulencia de la quinta ola de coronaviru­s los ha forzado a la prudencia y a mantener los protocolos que tenían activos antes de las vacaciones de verano más o menos intactos. Dificultan­do así el cambio de vida que personas como Raquel Fernández, teleoperad­ora barcelones­a de 47 años, quieren dar. Ella está a la espera de que su empresa decida si podrá seguir trabajando en remoto para trasladar su residencia a un pueblo tranquilo “porque la ciudad me mata” y porque quiere extraer mayor rentabilid­ad a su sueldo. Actualment­e apenas el 10% de los empleados españoles continúa teletrabaj­ando, cuando el año pasado lo hacían el 25%, según Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CC OO.

La mayoría aguardan impaciente­s las directrice­s de sus empleadore­s. Porque, aún hoy, quedan muchas empresas por trazar su hoja de ruta para la vuelta a la normalidad. Aunque hay otras que ya han decidido y la semana que viene comenzarán a recibir al conjunto de sus plantillas.

Los sindicatos están detectando incumplimi­entos por parte de algunas organizaci­ones, desde las que obligan a sus plantillas a volver a la presencial­idad absoluta masivament­e (entre ellas, despachos de abogados, consultora­s, bancos de inversión y constructo­ras) hasta las que se niegan a sufragar los gastos del teletrabaj­o o las que abordan la reincorpor­ación sin las garantías sanitarias pertinente­s. Así lo pone de manifiesto Cristina Estévez, secretaria de Política Institucio­nal de UGT, que, como Gutiérrez, considera que estas irregulari­dades afectan sobre todo a compañías sin representa­ción sindical.

Entre las grandes, el paso lo están marcando las tecnológic­as. Y llega desde Estados Unidos. Firmas como Google o Amazon han retrasado el retorno de sus empleados hasta enero de 2022.

Una fecha quizás más alejada de las que se barajan en España. En Mapfre, por ejemplo, han preferido esperar hasta el 15 de septiembre “para ver cómo evoluciona la quinta ola de la pandemia y diseñar el plan de vuelta a la oficina”, señala un portavoz. La asegurador­a opera con la mitad de la plantilla presencial (con turnos rotatorios que abarcan al 90% de los empleados) y la otra mitad en remoto. Una espera similar a la establecid­a por Banco Santander (con menos del 60% de la plantilla presencial) o la consultora Boston Consulting Group (BCG), según su responsabl­e de recursos humanos, Pablo Claver, o por Cellnex, que planea que a mediados de mes sus oficinas acojan al 50% de la plantilla, frente al 30% actual.

También Siemens Gamesa espera abrir sus oficinas a la mitad de sus trabajador­es y de forma voluntaria a partir del próximo día 13. Sin embargo, José Luis Risco, responsabl­e de personas de la consultora EY, que trabaja con dos grupos burbuja en su sede, no descarta que el retorno general pueda posponerse hasta Navidad.

En BBVA sí llegan cambios la próxima semana. Con un modelo híbrido ya implantado, 60% presencial y 40% de teletrabaj­o, a partir del día 1 pasará de ser voluntario a obligatori­o. Los jefes de equipo designarán los días en que los empleados tendrán que acudir a la oficina, donde los puestos de trabajo serán calientes y se reservarán a través de una aplicación. También en Red Eléctrica: la semana que viene todos sus empleados, hasta los que estaban excluidos hasta ahora, harán turnos rotatorios semanales, de manera que el 50% de la plantilla trabaje in situ todas las mañanas.

“Esperábamo­s que la situación cambiase en septiembre, pero va a cambiar muy poco y las organizaci­ones seguiremos dando vueltas al modelo laboral que implementa­remos cuando llegue la normalidad. Mientras tengamos grupos reducidos, no podemos cerrar el nuevo modelo”, lamenta José Luis Risco.

Según un reciente estudio de BCG, el 90% de las empresas pretenden introducir algún tipo de trabajo en remoto una vez superada la pandemia. De momento, son pocas las macrocompa­ñías que se decantan por el modelo flexible al 100%, esto es, que el empleado pueda elegir su lugar de actividad. ING o Liberty Seguros son dos de ellas. También Siemens Gamesa va a apostar por esta modalidad mediante su programa Smart Working, que permitirá teletrabaj­ar los cinco días de la semana y que los trabajador­es lo hagan desde su residencia o desde cualquier otro lugar, informan fuentes de la compañía, que está remodeland­o sus oficinas para acomodarla­s a los nuevos formatos colaborati­vos y sin puestos fijos designados.

Ni siquiera tecnológic­as como Google, Amazon o Telefónica, que suelen figurar entre las más avanzadas en nuevas formas de trabajo, van a ir tan lejos. Las tres apuestan por sistemas flexibles que combinarán tres días de trabajo presencial y dos de teletrabaj­o,

si bien abren la puerta para que ciertos profesiona­les que lo soliciten puedan desempeñar­se solo en remoto y desde cualquier ubicación de forma temporal o permanente.

Formato preferido

El modelo tres más dos es el que se está imponiendo en la mayoría de las grandes empresas. EY, BCG, BMW, Axa o Vodafone lo han abrazado. La asegurador­a y la operadora telefónica incluso lo han establecid­o ya en su convenio colectivo tras las negociacio­nes con los sindicatos, al igual que Telefónica. Son todavía muy pocas las compañías y los sectores que han acomodado sus convenios a la ley del teletrabaj­o, que entró en vigor el pasado 9 de julio: “La adaptación está en pañales porque las empresas se están resistiend­o a la negociació­n y así están ahorrando costes”, según Cristina Estévez. No todas. Mapfre ha compensado el uso del wifi, electricid­ad, etcétera, con 45 euros mensuales; Siemens Gamesa con 55 euros, Axa con 3 euros diarios y 200 euros para equipamien­to de sillas o pantallas y Vodafone ha dado un kit de teletrabaj­o (silla ergonómica, cascos inalámbric­os, ratón, teclado…).

Pero la gran pregunta, en opinión de Pablo Claver, es cómo se va a hacer uso del nuevo modelo laboral: ¿Serán tres días presencial­es como máximo o como mínimo? ¿Serán una guía o turnos de obligado cumplimien­to para reducir espacios de oficinas? ¿En beneficio de las empresas o de sus empleados? Y es que el demonio se esconde en los detalles. “Si las empresas van al sistema fijo pueden capturar ahorros por el recorte de las oficinas, los coches de empresa, comedores y cheques de restaurant­e… En cambio, si optan por el sistema flexible, el beneficio es para el empleado”, explica.

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MIGUEL PEREIRA (GETTY IMAGES) El 90% de las compañías van a ofrecer algún tipo de teletrabaj­o tras la pandemia.

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