Un buque con 224 migrantes a la deriva se queda sin víveres
El laborista Muscat aseguró desde su cuenta de Twitter, que la responsabilidad sobre el barco es de Italia, porque fueron sus autoridades marítimas las que intervinieron para coordinar el rescate, y de Trípoli, puesto que el rescate se produjo en sus aguas territoriales. Una situación que recuerda al caso reciente del Aquarius, que tuvo que trasladar- se a Valencia, en España, con 630 migrantes a bordo tras las negativas de Malta e Italia a acogerlos.
Con el Lifeline a la espera de suministros urgentes o de un puerto seguro, en la zona de búsqueda y rescate (SAR, por sus siglas en inglés) frente a Libia no había ayer ningún barco operativo de ninguna ONG. El Aquarius está aún lejos de esa área; avanza al sur junto a Túnez hacia la zona donde una patera lanzó una llamada de auxilio, informa Naiara Galarraga a bordo del buque. Ofreció su ayuda al Centro de Coordinación de Malta, que dirige el rescate, pero este informó finalmente de que no es necesaria. El barco de la española Proactiva Open Arms, que también zarpó el miércoles des- Un carguero con bandera danesa, el lleva desde el viernes en medio del Mediterráneo con entre 110 y 120 inmigrantes a bordo esperando frente al puerto italiano de Pozzallo a la espera de un puerto de acogida. Como el mercante no dispone de los medios necesarios para efectuar rescates, el le ofreció asistencia para subir a bordo a las personas que llevaban 30 horas a la deriva sobre una barcaza. En este caso, la embarcación danesa coordinó las operaciones de rescate por Italia en aguas nacionales. Por eso, presumiblemente los migrantes llegarán próximamente a suelo italiano, confirman a este diario fuentes oficiales, que explican que están a la espera de recibir indicaciones del departamento del Interior de Matteo Salvini, con competencias desde el momento en el que se produce el desembarco. A ellos sí les han llevado víveres y bienes de primera necesidad, porque la nave no estaba preparada para hacerse cargo de tantas personas. de Valencia, tiene previsto ir a la zona frente a Libia tras hacer escala en Malta. Las otras ONG que operan rescates están aún en puerto.
Ante la petición de auxilio del Lifeline —de una ONG alemana, pero con bandera holandesa—, la Guardia Costera italiana también se desentendió de la situación y lanzó el viernes un aviso a Fuentes del Ministerio de Transportes explican a EL PAÍS que no se trata de una novedad ligada a la deriva política italiana, sino que forma parte de un procedimiento en vigor. Las mismas fuentes aseguran que si España se ofrece a acoger a los migrantes, ellos están dispuestos a ayudar en su traslado como sucedió con el Aquarius, fletado por las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras. Y señalan que con esta nueva línea del Gobierno italiano algo se está moviendo en Europa, pero “no puede ser solo España quien acompañe a Italia en este esfuerzo que debe extenderse a toda Europa, y cuando menos a todos los países del Mediterráneo”, dicen.
El ministro de Infraestructuras y Transportes de Italia, Danilo Toninelli, con competencia sobre la Guardia Costera, habló de “la falta de humanidad de Malta como reflejo de la actitud de Europa”. El titular de Interior, Matteo Salvini, volvió a decir ayer en Facebook que los barcos de las ONGs “se pueden ir olvidando de alcanzar Italia”. “En este momento las naves de dos ONGs (Proactiva Open Arms y Lifeline) están en el Mediterráneo a la espera de rescatar migrantes. Las naves de otras tres ONG (Astral, Sea Watch y Seefuchs) están paradas en puertos malteses. Qué extraño”.