Las mujeres saudíes se ponen al volante
Por fin ha llegado el día. Desde hoy, Arabia Saudí permite conducir a las mujeres. Nueve meses después de que el rey Salmán levantara la anacrónica prohibición con un decreto real, las saudíes van a ponerse al volante. “Voy a conducir. A cualquier sitio. De forma aleatoria. Quiero saber qué se siente conduciendo de formalegal”, responde exultante Hatoon al Fassi al ser preguntada por sus planes para hoy. Sin embargo, la detención de varias activistas que, como ella, lucharon para conseguirlo empaña la jornada y plantea dudas sobre la profundidad de la reforma que impulsa el hijo y heredero del monarca, el príncipe Mohamed Bin Salmán.
“Significa mucho para nosotras. Vamos a tomar las riendas de nuestro destino”, asegura Al Fassi, profesora universitaria y veterana activista de los derechos de la mujer, tras canjear su carné de conducir de un país vecino por el nuevo documento saudí. Otras se han preparado en las autoescuelas (sólo para mujeres) que funcionan desde marzo.
El cambio va mucho más allá del simple hecho de poder ponerse al volante. La prohibición ha limitado la movilidad de las mujeres en un país sin transporte público digno de ese nombre (aún está pendiente la inauguración del metro de Riad) y ha dificultado su incorporación al trabajo, a pesar de que su preparación es de media superior a la de los hombres. Es un desperdicio de talento que el Reino del Desierto no puede seguir permitiéndose.
Así lo ha reconocido el prínci-