Alud de críticas a Torra por invocar la vía violenta de la secesión eslovena
El presidente de la Generalitat realizó esa defensa de la vía eslovena en Bruselas en la presentación del Consejo por la República, a la que asistieron casi todo su Gobierno, Carles Puigdemont y los consejeros destituidos por la aplicación del 155. Torra se reunió el jueves en Liubliana con el presidente esloveno, Borut Pahor, primermandatario extranjero que le ha recibido, ymostró su euforia por la cita. “Venimos a ver a un pueblo que nos ha mostrado su apoyo internacional”, dijo, antes de apostar porque se traslade a Cataluña el proceso esloveno de secesión que se vivió en 1991 para separarse de Yugoslavia, después de una guerra que duró diez días y en las que se produjeron 62 muertos.
Las circunstancias de aquel proceso de independencia nada omo muchos españoles que viajaron al extranjero durante el puente de la Constitución, Quim Torra aprovechó para vistar Eslovenia. Considerando la sequía diplomática que sufre la Generalitat desde hace años, fotografiarse con autoridades de un Estado miembro de la UE puede considerarse un importante logro. Un logro mutuo porque al pequeño país, cuya población total no llega ni a la mitad de la que tiene el área metropolitana de Barcelona, le cuesta mucho llamar la atención más allá de ser la patria de Melania Trump.
Con todo, ya hace un año que el entonces primer ministro, Miro Cerar, puso el punto de sensatez subrayando que a él no le gustaba la comparación porque “la desaparecida Yugoslavia era una dictadura en descomposición y, en enorme contraste, España es una democracia, por lo que el conflicto sobre la autodeterminación debe resolverse en línea con el orden constitucional y, aún más importante, ha de hacerse tienen que ver con Cataluña. Allí se celebró un referéndum en el que participó un 93,3% del electorado y la declaración unilateral de independencia de 25 de junio de 1991 tuvo el apoyo del 94% de los diputados. La fuerza policial eslovena se convirtió en un Ejército que se enfrentó con las armas a las fuerzas yugoslavas.
La manera en la que se produjo la independencia de Eslovenia pacíficamente, sin violencia, democráticamente y con diálogo”. Pero el president prefirió corresponder a la hospitalidad recibida con una serie de tuits en la que se ensalzaba la guerra de independencia de Eslovenia (al menos 70 muertos y más de 300 heridos graves) como el camino a seguir.
Torra corría el peligro de que no se le hiciera mucho caso pues, al fin y al cabo, su apelación al modelo esloveno podría haberse visto como un déjà vu poco original. En el otoño de 2017 ya hubo varios líderes nacionalistas, incluyéndole a él, que hablaron de ésta y de otras tantas vías propias de la Europa oriental y los Balcanes: la báltica, la ucraniana y hasta la kosovar. Sin embargo, en Cataluña y el conjunto de España se ha considerado que no estamos ante un refrito sino ante la quizás mayor irresponsabilidad cometida por el gobierno autónomo desde el fin de la aplicación del artículo 155. Y es que esas declaraciones —difundidas por la cuenta oficial de la Generalitat— se hacían al tiempo de dos importantes gol- y el intento de Torra por trasladarla a Cataluña llevaron al secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, a calificar al presidente catalán de “iluminado” e “irresponsable” y lamentó que desde Cataluña se hagan “llamamientos a la insurrección, y encima con modelo”. Ábalos consideró “tristísimo” abocar a la gente a “una senda de sufrimiento” y recordó que la vía pes a la institucionalidad catalana: la presentación del Consell per la República y una nueva desautorización a los Mossos.
Incluso en el seno del independentismo —cada vez más fracturado por la mal disimulada competencia entre los leales a Puigdemont y los más pragmáticos en torno a ERC— ha habido muchas voces que han desautorizado al President por juguetear con un referente explícitamente violento. Los más benevolentes han querido interpretar que las palabras de Torra no se referían tanto a las muertes que causó la ruptura de Eslovenia con Yugoslavia, sino al hecho de que el 90% de la población la apoyó en su momento, haciendo hoy del pequeño país eslavo uno de los más étnica y lingüísticamente homogéneos de Europa. Ahí radica quizás el mayor problema. Por supuesto que cualquier violencia es rechazable y sin duda es insoportablemente frívolo el cálculo de que, si se compara con otras secesiones, la de Eslovenia se hizo con un número menor de victimas. Eslove- También la alcaldesa de Barcelona y dirigente de Catalunya en Comú, Ada Colau, urgió a Torra a rectificar inmediatamente y consideró que sus declaraciones constituyen “una grave irresponsabilidad”. “Como alcaldesa de Barcelona pido al president Quim Torra y a su Govern que rectifiquen inmediatamente”, escribió Colau en Twitter. En su opinión, “la cohesión social de Cataluña debe estar por encima de las ocurrencias y cortinas de humo para tapar los problemas del Govern”.
La líder de Ciudadanos en la comunidad, Inés Arrimadas, consideró que el president es un “peligro público” por apelar a la vía eslovena pese a su violencia y pidió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que inicie “el requerimiento previo a la activación del 155”.
El presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, exigió a Torra, vistas sus declaraciones, que no se vuelva a atacar a su partido por afirmar que “el separatismo busca la balcanización de España”. Actuar como lo hace el PP, añadió, no es “ser radical ni echar leña al fuego”, sino “señalar una evidencia”.
En el mismo acto de Bruselas, el exconsejero Toni Comín abundó en la línea de Torra, un planteamiento que hasta entonces siempre han orillado los líderes independentistas catalanes. “El tramo que nos queda hasta llegar al final, no tenemos que engañarnos más, será dramático. Hallegado la hora de pagar el precio alto, injusto, pero inevitable de nuestra libertad”, sostuvo Comin. nia se libró de mayores espantos por una serie de circunstancias afortunadas (la deriva de toda la Federación yugoslava, el traslado de las hostilidades a una Croacia que le separaba de Serbia, las simpatías austriaca y alemana que arrastraron al reconocimiento de la comunidad internacional) y, por encima de todo, porque su propia sociedad apenas era plural en 1991.
El independentismo catalán no se beneficiará de las primeras y, si desea retorcer a su ciudadanía para conseguir esa homogeneidad del 90%, tendrá entonces quemirar a vías de terror extremo que, desde 1945, los europeos solo hemos visto practicar en los Balcanes. Un poco más al sur de Eslovenia, allí donde hay más parecidos con la realidad de Cataluña en cuanto a diferencia y mezcla de identidades. Allí donde se coexistía medio pacíficamente hasta que los Milósevic y los Tudjman prefirieron incendiar la convivencia federal. También dijeron que no había marcha atrás. En un cuarto de siglo no han sido capaces de avanzar lo suficiente para igualar la prosperidad que tenían entonces. Y el pluralismo que tenía Yugoslavia no será igualado aunque pasen varios siglos.