El joven bajo el radar de la policía
Redouane Lakdim encarna la peor pesadilla de los responsables de la lucha antiterrorista, la “amenaza [terrorista] endógena”, como la definió el presidente Emmanuel Macron, que tan difícil resulta identificar y, por tanto, combatir. Lakdim, un francés de 26 años nacido en Marruecos, no estaba considerado una amenaza inminente. El joven residente en Carcasona, en el sureste de Francia, sí estaba en el radar de las fuerzas de seguridad, estuvo bajo vigilancia de los servicios de inteligencia en 2016 y 2017, pero no se detectaron indicios concluyentes de radicalización como para perpetrar un atentado.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, aseguró desde Trèbes que Lakdim “actuó solo”. Posteriormente, el fiscal François Molin informó de la detención de una mujer vinculada con el atacante. Le Parisien señaló que Lakdim era “muy activo en las webs salafistas”. Al final de su periplo terrorista, y ya acorralado en el supermercado, Lakdim afirmó que actuaba en nombre del Estado Islámico y reclamó la liberación de Salah Abdeslam, el único superviviente del comando que en 2015 atentó en París.
una de ellas. Estaba en el establecimiento, como cada viernes, cuando se topó con el terrorista. “Le vi de refilón”, contó ayer a las puertas de la comisaría de policía, donde acudió a declarar como testigo. Vivent corrió a refugiarse con una docena de personas más en una especie de cámara frigorífica en la parte trasera del supermercado. Estuvieron allí más de una hora, dijo, hasta que finalmente lograron escapar.
Camille, que prefirió no dar su apellido, también estaba en el momento del asalto, ya que es cajera en el supermercado. Entre llantos, la mujer solo alcanzaba a decir que se escondió en una espe-