El general John Kelly dejará el puesto de jefe de Gabinete de Trump a final de año
Parece una misión imposible poner orden en la caótica Casa Blanca de Donald Trump. El hombre que fue llamado por el presidente hace seis meses para hacer esa tarea, el general retirado John Kelly, dejará su cargo de jefe de Gabinete este mes. Es
Pasada la una y media de la tarde del sábado hora de Washington, se sabía que el importante cargo de jefe de Gabinete de la Casa Blanca quedará vacante pero no se sabía quién lo ocuparía y si se hará de forma interina o permanente. Trump dijo que en uno o dos días daría un nombre.
Durante el verano, cuando ya había rumores de que Kelly podría abandonar la Casa Blanca, Trump aseguraba que el veterano general y él se llevaban “muy bien” y calificó a su jefe de Gabinete como “un hombre maravilloso”. No ayudó entonces la publicación del libro de Bob Woodward sobre la Casa Blanca de Trump en el que el veterano periodista escribía que Kelly consideraba al presidente “un idiota” al frente de “una Administración de locos”.
Pero en los últimos meses, el papel de Kelly se ha ido desdibujando a medida que el presidente seguía su propia brújula y no se dejaba aconsejar por quien debería de ser su hombre de máxima confianza y mano derecha, en una partitura que solo él marca.
Kelly fue secretario de Seguridad Nacional de Trump —con la misión de detener la inmigración ilegal y asegurar las fronteras—, antes de asumir el puesto de Reince Priebus como jefe de Gabinete de la Casa Blanca, en julio de 2017. Desde el principio resultó una extraña pareja. Por un lado, un militar de carrera que consideraba a las mujeres “sagradas”. Por otro, un despreocupado hombre de negocios convertido en presidente de la nación más poderosa del mundo, que jamás ha llevado la última reestructuración en la Administración tras las elecciones legislativas. Trump hizo tan importante anuncio de forma desenfadada a la prensa en el jardín de la residencia presidencial antes de volar hacia Filadelfia. “John Kelly se marcha, no sé si puedo decir que se retira”, dijo el presidente.
un uniforme y que fue grabado hablado de las mujeres en términos más allá de lo despectivo.
La presidencia de Trump parece sacada cada día de un mal capítulo de su popular programa de televisión El Aprendiz, en el que acababa con la participación de los concursantes con su famoso “Estás despedido”. De las últimas presidencias, la actual es, con diferencia, la que experimenta un mayor número de bajas. Si se incluyen secretarios o asesores, una treintena de cargos han dimitido
o han sido despedidos en apenas 20 meses de presidencia. La Casa Blanca suma ya el quinto jefe de comunicación y el tercer consejero de Seguridad Nacional. Si se excluyen la vicepresidencia, Defensa, Tesoro y Justicia, todas las áreas clave han cambiado.
Hace justo un mes, Trump liquidaba al fiscal general de EE UU, Jeff Sessions, cuando era obvio que ambos protagonizaban una batalla nada disimulada por la investigación de la trama rusa, que explora la injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016. El pasado mes de mayo, Kelly declaraba a la Radio Pública que trabajar en la Casa Blanca era lo “más difícil” que había hecho nunca.
En los mentideros se sugería que Trump creía que su jefe de Gabinete le ocultaba información y que con frecuencia le contradecía. Kelly consideraba que el presidente ni valoraba ni entendía su trabajo y en algunos medios se le ha citado diciendo “no necesito esto”, tras distintas críticas por parte del mandatario. Quien estuvo llamado para poner orden en una Casa Blanca muy disfuncional, acabó teniendo el mismo tipo de relación con el presidente.
Nick Ayers, el joven jefe de gabinete de 36 años del vicepresidente Mike Pence, podría sustituir a Kelly, ya que funciona con los mismos parámetros desenfadados que gasta Trump. Sin duda, un militar con 45 años de servicio no fue la mejor opción para una misión que parece casi imposible: poner orden en la Casa Blanca.