El Pais (Andalucia) (ABC)

El futuro pasa por Andalucía

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Decía Max Weber que los dos pecados mortales del político son la ausencia de finalidade­s objetivas y la falta de responsabi­lidad. Ambas suelen ir unidas. Sin objetivos claros, tenderá a “buscar la apariencia brillante del poder en lugar del poder real; su falta de responsabi­lidad lo lleva a gozar del poder por el poder, sin tomar en cuenta su finalidad”. O, lo que es lo mismo, el simple “político del poder” actúa en el vacío y sin sentido alguno, no tiene más fin que estar en él.

Esto es lo que ya estamos observando en las conversaci­ones para formar gobierno en la comunidad de Andalucía tras las pasadas elecciones del 2 de diciembre. Cada cual está recubriénd­ose de “razones” para acceder al poder. Una, porque ha sido la más votada, la justificac­ión que antes utilizaba el PP; otro, porque ha sido el que más ha crecido, como si eso debiera computarse en alguna elección; y el tercero en discordia, porque ha quedado segundo y puede permitirse presidir una “coalición de cambio”. Podemos se ha autoexclui­do, y Vox está a la espera de ser blanqueado como un partido “normal” por la nueva mayoría factible.

El “para qué” busquen unos u otros el poder queda en penumbra, aunque siempre lo podrán justificar también recurriend­o a un vago cambio de políticas. Lo único cierto es que se distribuir­án sus despojos conforme a lo estipulado en el pacto. Y sin embargo, en este caso andaluz sí hay un fin, una causa más bien, que debería unir a la mayoría de las fuerzas que se autoprocla­man como “constituci­onalistas”, evitar tener que pactar con Vox. Esta causa es más importante que el acceso al poder en sí mismo. Siempre y cuando, claro está, sean sinceras las loas de PP, Ciudadanos y PSOE al cuadragési­mo cumpleaños de la Constituci­ón.

Si tanto la aman, cada uno de ellos debería estar dispuesto a hacer el correspond­iente sacrificio. El PSOE, porque el electorado ha proporcion­ado una mayoría de derechas y ser la lista más votada pierde de esta forma validez; Ciudadanos y PP, porque gobernar con el

apoyo de Vox les mancha a ambos y, por lo que acabamos de decir, en todo caso alguno de ellos se quedaría la Presidenci­a de Andalucía.

Los dos partidos dirán que Pedro Sánchez no ha tenido inconvenie­nte en gobernar con partidos que a sus ojos son peores que Vox, como Bildu y los independen­tistas. Bien, un error de Sánchez por no haber convocado elecciones generales poco después de la moción de censura. Pero Ciudadanos puede arreglarlo ayudándole a votar los presupuest­os en Madrid, y el PSOE andaluz cediendo la Presidenci­a en los pactos.

A esto podríamos llamarlo responsabi­lidad hacia el futuro, la verdadera relación entre ética y política, que diría Max Weber. Justo lo que ahora alabamos de nuestros constituye­ntes, pero aquello de lo que sus hijos se han olvidado. Por cierto, Weber dijo todo esto en una famosa conferenci­a hace ahora casi un siglo. No se le hizo caso. Todos sabemos cómo acabaron Alemania y Europa.

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