El Pais (Andalucia) (ABC)

CAPARRÓS

“Hoy tendría que jugar Tévez, por su jerarquía”

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davía no hemos podido vender nada y andamos bien jodidos, ¿tú nos puedes alojar en tu hotel unos cuatro o cinco días?’ Le dije vénganse y se vinieron los tres. Lo que más me llamó la atención es que solo hablaban de la política de la barra. Uno se llamaba Maxi Mazzaro [deportado en Barajas el pasado jueves], el que sacó de la barra a Di Zeo, otro era Mauro Martín. Al volver a Buenos Aires, yo estaba escribiend­o el libro Boquita y le pedí a Di Zeo que quería ir a la 12 y me citó en una gasolinera en Barracas para preguntarm­e por qué yo les había dado este aire, por qué había puesto en televisión a esos muchachos, cuánto les había pagado o cuánto me habían pagado y que ellos le tendrían que haber pedido permiso a él y no se lo habían pedido.

Á. C. Yo he hablado con varios y es así, es un negocio. En este caso en concreto, estuve leyendo la decisión de la Conmebol y fue absolutame­nte arbitraria, porque River no tiene ninguna responsabi­lidad en lo que ocurrió, eso es de la municipali­dad de Buenos Aires. Ahora bien, ¿a qué responde esta medida de decir que no se juega en la cancha del River? No hay ningún fundamento para decir que esto es una medida. Ninguno. Porque inclusive si hubiera habido violencia se juega en otra cancha o se juega en Mendoza.

M. C. Hay una cosa que a mí como socio de Boca me da vergüenza, que había como ganas de tomarse la revancha por este hecho que pasó hace tres años cuando en la cancha de Boca tiraron gas pimienta a jugadores de River. Como aquella vez Boca perdió los puntos por esta acción yo creo que algunos querían ganar los puntos de la misma manera que los perdieron.

Á. C. Yo no tengo nada que ver ni con River ni con Boca, soy hincha de Huracán y de pibe era de Independie­nte. River jugó en la cancha de Boca con toda la hinchada de Boca, ahora Boca juega en campo neutral con las dos hinchadas. Mínima, pero es una desventaja futbolísti­ca.

M. C. ¿Tanta diferencia supone la hinchada?

Á. C. Sí, sobre todo la hinchada de Boca. La de Boca siempre alienta por más que le vaya mal al equipo. Estuve en un partido en el que Boca perdía 6-1 y su gente gritaba como si estuviera ganando. El Atlético de Madrid es parecido.

M. C. Pero una vez que estás dentro de la cancha y estás metido ahí en eso, ¿te importa realmente que estén gritando, lo escuchas?

Á. C. Te estimula, es un estímulo muy grande.

EL PAÍS. ¿Cómo se puede explicar esa sensación argentina de que hay más miedo a perder que la satisfacci­ón por ganar?

Á. C. Porque se ha generado, digamos se ha divulgado, y aquí también, pero en menor medida, que ganar es lo único importante y lo único que vale. Cuando yo dirigía a Huracán y perdimos la final con Vélez, su gente me gritaba ‘adiós subcampeón’, como si el subcampeón fuera un idiota. Una vez, a Arrigo Sacchi le preguntaro­n, la primera Copa de Europa que jugaba, contra el Barcelona, con un equipo muy inferior, qué pasaría si perdía. Y dijo: “Nada. El sol va a seguir saliendo, vamos a tener que ir a trabajar el día siguiente. No va a pasar nada”.

M. C. Le llamaría a eso la doctrina del desgaste. No sé si existe en España una palabra equivalent­e al gaste, a gastar a los otros, como recordarle­s incesantem­ente lo que han hecho mal. Entonces yo creo que los hinchas de Boca estamos muy cómodos con el hecho de que River se haya ido una vez al descenso porque nos permite un gaste infinito. Tiene que ver yo creo con esta idea que comentabas al principio de que el otro es el enemigo mortal, y tenés que acabar con él, destruirlo.

Á. C. Aquí Mourinho quiso hacer eso, y se le resistiero­n jugadores del Real Madrid, que se juntaron con los del Barcelona. Mourinho trató de generar un ambiente parecido a lo que decimos

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/ AFP Cappa da instruccio­nes a Lamela en un River-Arsenal de 2010.

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