La tregua comercial da aire a China
Pekín puede utilizar los elementos de política monetaria a su alcance para estimular el crecimiento
Una tregua comercial da margen a China para relajarse. Pekín no ha modificado su tipo de interés de referencia desde 2015. Pero los funcionarios del Banco Popular de China (BPC), ansiosos por fomentar el crecimiento, tienen otros instrumentos de política monetaria que pueden utilizar, como los tipos interbancarios o las reservas que las entidades crediticias deben mantener. Este periodo de calma diplomática les da margen para hacer precisamente eso.
Para la mayoría de los bancos centrales, el arma para todo es el coste del endeudamiento de referencia. Pero no tanto en la República Popular, donde el tipo de interés principal se ha mantenido plano en el 4,35% durante más de tres años, a pesar de los nu- merosos vaivenes económicos. Y en parte es porque el Gobierno —más que el banco central— decide sobre esa cifra, obligando a los tecnócratas a mirar para otro lado.
Hasta el momento han sido precavidos. Una relajación excesiva podría hacer que el mercado anticipase un estímulo aún más amplio, lo que provocaría un desplome de la moneda e incluso probablemente fugas de capitales incómodas.
Sin embargo, ahora disponen de un cierto margen de maniobra. El acuerdo negociado entre EE UU y China en la reunión del G-20, que pospone el incremento previsto de los aranceles estadounidenses sobre 200.000 millones de dólares de bienes chinos, hizo que el yuan continental se reforzase, pasando de una cotización de 6,96 con respecto al dólar el 30 noviembre a una cercana a 6,88 el pasado jueves. El yuan extracontinental alcanzó su mayor nivel desde más o menos mediados de septiembre a principios de esta semana.
Puede que esto no parezca mucho, pero aleja a la moneda de un importante umbral psicológico: siete yuanes con respecto al dólar, que se alcanzó por última vez en 2008. Las autoridades se muestran extremadamente reacias a cruzarlo. Hace apenas una semana parecía que un poco más de relajación podría hacer que el yuan superase ese indicador, o que el BPC se viese obligado a utilizar las reservas para frenar la caída de la moneda.
Una medida podría ser bajar los intereses de la línea de crédito a medio plazo, que fomenta los préstamos bancarios: está previsto que 286.000 millones de yuanes de esa línea venzan la próxima semana. También podrían aplicar la quinta reducción prevista hasta ahora este año de la cantidad de efectivo que los bancos tienen que mantener en el BPC. Cualquiera de estas medidas afectaría a la moneda, pero como el alto al fuego comercial les da cierto margen, los legisladores pueden estar tranquilos.
El tipo de interés principal se ha mantenido plano en el 4,35% durante tres años
Una relajación excesiva podría provocar un desplome de la moneda o fuga de capitales