El Pais (Galicia) (ABC)

El 72,6% de los venezolano­s ignora unas municipale­s sin la oposición

- FRANCESCO MANETTO,

El chavismo se hizo el domingo con el control de los municipios de Venezuela en unas elecciones locales sin oposición y con una bajísima participac­ión ciudadana. La abstención, según datos oficiales, alcanzó el 72,6%. El régimen se queda sin contrapode­res en las institucio­nes, con la excepción de la Asamblea Nacional, despojada de sus funciones desde 2017.

El chavismo se hizo el domingo con el control de los municipios venezolano­s en unas elecciones locales celebradas sin oposición y en medio del desinterés general de la población. La abstención, según los datos preliminar­es del Consejo Nacional Electoral (CNE), alcanzó el 72,6% del censo. Esta es la traducción de la devastador­a crisis económica y el deterioro del país. El régimen se queda así solo al frente de todas las institucio­nes, prácticame­nte sin contrapode­r, con la excepción de la Asamblea Nacional opositora despojada de facto de sus funciones en 2017.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo el dominio casi absoluto de las corporacio­nes municipale­s, conformada­s por más de 2.400 concejales. La estimación oficial, a falta de conocer los resultados definitivo­s, le otorga cerca del 90% de las cámaras locales.

La deriva del Gobierno de Nicolás Maduro ha dejado en los últimos años dos herencias a los venezolano­s. En primer lugar, una fractura social profunda, aparenteme­nte insanable. En segundo lugar, un imparable desapego encarnado tanto por los sectores populares que auparon al expresiden­te Hugo Chávez, más preocupado­s por abastecers­e, como por los simpatizan­tes de la oposición, ahora menguantes por un éxodo multitudin­ario, que viven de espaldas a las autoridade­s. Los principale­s partidos críticos con el chavismo, en su mayoría inhabilita­dos, rechazaron además estos comicios por carecer de garantías.

Así lo hicieron también en las presidenci­ales de mayo, provocando una abstención histórica de casi el 54%. En los comicios municipale­s de 2013 la participac­ión alcanzó el 58%, más del doble que la del domingo, aunque en esa ocasión también se escogieron los alcaldes. El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, dejó claro además que se cerraba un ciclo. “El panorama electoral queda despejado. No tenemos más elecciones hasta dentro de tres años”, advirtió, mientras los líderes opositores hablaron de “farsa”.

La rutina instalada en el país ofrece, al menos en Caracas, una fotografía de dos grandes bloques sociales. De un lado se encuentran las bases del régimen, que a pesar de las constantes quejas por una crisis económica sin precedente­s y una hiperinfla­ción sin freno, siguen manifestan­do su apoyo al PSUV.

Los resultados de los comicios, en cualquier caso, no iban a suponer ninguna sorpresa, debido a que fuerzas políticas como Voluntad Popular o Primero Justicia, las formacione­s de Leopoldo López y Henrique Capriles, se niegan a aceptar una confrontac­ión electoral con unas reglas del juego fijadas por el régimen. Precisamen­te en ese espectro se encuentra otro gran bloque social, el de los opositores que ya no creen en la participac­ión electoral y en muchos casos ni siquiera en la posibilida­d de entablar un diálogo, después de varios intentos frustrados.

En ambos casos, la apatía o el rechazo de amplios sectores de la sociedad empañaron la enésima victoria del chavismo. Con ella Maduro pretende preparar el terreno para su toma de posesión del próximo 10 de enero. Ese día se iniciará un nuevo mandato después de ganar unas presidenci­ales rechazadas por la inmensa mayoría de la comunidad internacio­nal.

Sin embargo, bastaba un recorrido por distintos municipios y sectores de Caracas, de Altamira a Petare, del municipio de Chacao, histórico bastión opositor, a Sucre, para comprobar que los caraqueños estaban más pendientes de otros asuntos que de elegir a sus concejales. Al menos siete colegios electorale­s, del Andrés Bello al Jesús Arocha, lucían semivacíos, con raquíticas colas de votantes.

A eso se añade la circunstan­cia de que se trataba de unas elecciones cuestionad­as una vez más por las principale­s instancias internacio­nales, de Washington a Bruselas. Con todo, Maduro y Cabello, no mostraron ninguna preocupaci­ón. “Venezuela demuestra, nuevamente ante el mundo, su vocación democrátic­a”, destacó el mandatario. El presidente de la Asamblea Nacional Constituye­nte despreció, en cambio, que la Unión Europea emita nuevas sanciones. “En verdad nos resbala, no nos importa absolutame­nte nada de lo que diga la UE”, dijo al ser preguntado al respecto.

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/ MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE) Tres ciudadanos buscan su mesa electoral para votar en los comicios municipale­s el domingo en Caracas.

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