El Pais (Galicia) (ABC)

La tasa de fumadores crece y supera el nivel previo a la ley antitabaco

El número de consumidor­es de cigarrillo­s se recupera, aunque se venden la mitad de cajetillas que en 2005. Una encuesta de Sanidad refleja un aumento entre jóvenes

- EMILIO DE BENITO,

La tasa de fumadores en España ha vuelto a los niveles de 2005, antes de que la ley limitara el tabaco en lugares de trabajo. El 34% de las personas de 15 a 64 años se declaran consumidor­es diarios, según la encuesta de consumo de drogas EDADES que elabora bienalment­e el Ministerio de Sanidad. El porcentaje de fumadores era del 32,8% en 2005 y cayó hasta el 29,6% en 2007. Los datos han alarmado a los expertos en la lucha antitabaco. El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) pidió explicacio­nes al ministerio por su inacción de los últimos años. El consumo en los jóvenes creció más que entre el resto de la población.

La lucha contra el tabaquismo pierde fuelle. En 2017 la proporción de adultos fumadores (34%) superó la de 2005 (32,8%), el año anterior a la primera de las leyes antitabaco (la que prohibía consumir en el puesto de trabajo), según la encuesta de consumo de drogas EDADES del Ministerio de Sanidad. Aquella norma bajó la proporción de fumadores al 29,6% en 2007, su mínimo histórico. Eso sí, los datos de Hacienda indican que el consumo de cajetillas es ahora el 50% que en 2005 (ha pasado de 4.600 millones a 2.200 millones). Fuman los mismos, pero lo hacen la mitad. Además, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, destacó que si la subida en dos años es, en general, de algo más de tres puntos, entre los jóvenes es de cinco, y anunció una campaña específica dirigida a menores y veinteañer­os.

Ni la ministra ni la delegada del Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí, ofrecieron una explicació­n para estos datos al presentar la encuesta. Pero Regina Dalmau, presidenta del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, pidió explicacio­nes al ministerio por su inacción de los últimos años, indignada al conocer la radiografí­a que arroja la encuesta. La lucha contra el tabaco hay que alimentarl­a con iniciativa­s continuas para que no pierda impulso, ahondó Rodrigo Córdoba, del mismo comité, y “en los últimos años no se ha hecho nada y esto es como una bicicleta. No vale con tener impulso: si no se pedalea, se acaba parando”.

Exigir al ministerio

Dalmau afirma: “Tratándose de nuestro principal problema de salud pública” la falta de medidas “denota una clara falta de sentido de la responsabi­lidad por parte de los Gobiernos implicados”. “Habría que analizar al detalle en qué fracciones de la población ha aumentado más la prevalenci­a, pero en cualquier caso son datos alarmantes. Hay que dar eco a estos datos y pedir explicacio­nes al ministerio”, añade.

Carcedo sí indicó que para mejorar los resultados hay que extremar el cumplimien­to de la ley actual (2010), la que prohíbe el consumo de tabaco en todos los espacios públicos cerrados, pero remitió al Consejo de Ministros europeo a la hora de plantear nuevas restriccio­nes, sin descartar o afirmar que se esté planteando vetar que se fume en coches o en los hogares cuando haya menores presentes, algo que ella ve complicado ya que se trata de espacios privados. Tampoco hubo mención al empaquetad­o genérico, que ya usan Australia y Francia.

Francisco Rodríguez Lozano, presidente de la Red Europea para la Prevención del Tabaquismo, opina que la incorporac­ión de la mujer al hábito de fumar puede tener que ver con estos datos, y que ello es solo un motivo para adoptar medidas que se han probado en otros países con éxito, como la prohibició­n de fumar en playas. Ya lo aplican Tailandia, ciudades de California como Santa Bárbara y de la costa española como Baiona (Pontevedra), Lloret de Mar (Girona) y Motril (Granada). Lozano también defendió hace poco en Bruselas que no se pudiera fumar en coches con niños, como ya impone Reino Unido.

Rodrigo Córdoba indica que, aunque los datos son malos, la Encuesta nacional de salud muestran una pequeña reducción de los fumadores. Nadie resaltó el descenso del número de cajetillas, quizá porque el consumo del tabaco es nocivo desde el primer cigarrillo. En este tema también hay que considerar un posible desplazami­ento del consumo de las cajetillas al tabaco de liar, que es más barato. En 2017 se vendieron 5,7 millones de kilos en España. En 2009 fueron 5,4 millones.

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