Tensión con el primer ministro
La crisis de los chalecos amarillos ha hecho aflorar la tensión entre el presidente, Emmanuel Macron, y su primer ministro, Édouard Philippe. Macron le atribuye decisiones que alimentaron el descontento en la Francia de provincias, núcleo de la revuelta, como la reducción de la velocidad máxima en carretera a 80 kilómetros por hora. Otra decisión impopular que le echa en cara es la reducción en cinco euros de la APL, una ayuda a la vivienda de la que se benefician 6,5 millones de franceses. La semana pasada, Macron recibió en el Elíseo a un grupo de alcaldes, y calificó ambas medidas de “tonterías”. Durante estos días de nervios, Macron también ha desautorizado a Philippe respecto a la subida de las tasas del carburante, el detonante de la revuelta.
Después de que Philippe anunciase que el aumento sería provisional, el Elíseo le corrigió para hacerlo permanente. Desde el 1 de diciembre, último día que Macron habló en público hasta anoche, Philippe ha sido el encargado de dar la cara por el Gobierno.