Arde París
Nada más fácil para un Gobierno que cebarse con aquellos sectores que difícilmente podrán unirse para reclamar. Es la clase media-baja francesa la más propensa a sufrir: tanto las tasas a los carburantes, como cualquier otra medida que afecte regresivamente. Sin embargo, la capacidad de movilización y cohesión que han caracterizado al pueblo galo ha puesto contra las cuerdas al presidente, Emmanuel Macron. Millares de ciudadanos con sus chalecos amarillos ocupan las ciudades de Francia y su capital para reclamar los derechos que han perdido tras la reciente recesión. A pesar de lo violenta que pueda parecer la protesta, desgraciadamente, la única opción para recuperar los derechos que pierde la ciudadanía ante las cesiones de sus representantes políticos sigue siendo el ruido en las calles.
José Solano Martínez
Cartagena (Murcia)