El Pais (Madrid) - Icon Design
Lámparas de Barcelona para el mundo
Hasta hace poco la iluminación era territorio de italianos, alemanes y escandinavos. Hoy la barcelonesa Marset les planta cara con su creación más viajada, la lámpara FollowMe
“Al final, el nombre de FollowMe ha resultado ser profético, porque se ha convertido en una referencia”, explica Javier Marset a propósito de su lámpara más vendida y célebre a día de hoy. Diseñada por Inma Bermúdez en 2014, sus orígenes se remontan casi 40 años atrás. En 1978 Marset, que por aquel entonces producía lámparas industriales dirigidas a un público amplio, lanzó Flass, una suerte de farol cromado con pantalla basculante enmarcada por varillas. FollowMe y FollowMe Plus siguen su estela, pero incorporan un asa de roble, tecnología LED y batería de ion litio que se recarga mediante un puerto USB. De eso no había en 1978. fundiEnEnlossetenta,doshermanostransformaroneltallerdefundición de su padre en una fábrica de lámparas industrial y moderna. “Éramos conocidos a nivel local, pero en los noventa decidimos darle un giro”, explica Javier Marset, tercera generación al frente de la compañía y responsable de transformarla en una firma de iluminación de altura, ganadora de un Premio Nacional de Diseño (2015) y con un buen puñado de hitos en su haber. “Al
La familia crece
principio quisimos sacar pecho con lámparas muy vanguardistas, luego aprendimos a equilibrarlo comercialmente para que fuera más fácil de entender. Y esa fue la clave”. Si el pistoletazo de salida se produjo con Atlas (2001), de Joan Gaspar, la primera lámpara elaborada con policarbonato inyectado, el despegar en términos comerciales sucedió con Discocó (2008), de Christophe Mathieu. Sin embargo, las cosas cambiaron radicalmente con FollowMe (2014), de Inma Bermúdez, una lámpara portátil y recargable que ya forma parte de la colección del MoMA de Nueva York y que este año se hace mayor con FollowMe Plus, una versión de mayor tamaño y potencia lumínica.