‘ EYES WIDE SHUT’

Un salón con un pasado. Por lo menos A veces elijo a las personas por sus muebles. Este, por ejemplo. Nada merece más indulgencia que el estampado de leopardo. Me apuesto algo a que estas rechonchitas han vivido más de un dulce meneo. Imagínese un sábado tranquilo, con una copa de buen rosé holgazaneando en uno de estos sofás y bajando luego al jardín por esas escaleras. Como dice un refrán ruso, “la buena vida no puede estar prohibida”. Una frase que suscribo, sigo y predico.