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El plato centenario
La historia de La Cartuja de Sevilla debería estar ya en los libros
La desamortización de Mendizábal, ese sintagma memorizado por miles y miles de escolares en clase de Historia, está en el origen de La Cartuja de Sevilla. Fue en 1841 cuando el inglés Charles Pickman, aprovechando dicha desamortización, adquirió un monasterio hispalense cuyos grandes hornos eran perfectos para su propósito: una fábrica de loza fina que compitiera con las de su propia patria. El resultado son 176 años de historias, platos, tazas y teteras que han vestido las mesas de esos mismos españoles que se aprendían la desamortización en clase sin saber que, gracias a ella, Sevilla perdió un convento pero ganó una industria floreciente. No está mal.