Poderío domesticado
El Portofino es el último Ferrari, un purasangre descapotable de 600 cv que se adapta a todo, del uso diario al circuito
Hacer fácil lo difícil o convertir lo extraordinario en cotidiano, incluso explorando las fronteras de la ingeniería. Es el territorio donde habitan las compañías de vanguardia en sus sectores, y es lo que propone Ferrari cada vez que lanza un nuevo modelo.
Si hace un año la marca italiana demostró que podía domar los 800 cv del Superfast para que obedecieran casi como una dócil mascota, los 600 del nuevo Portofino son casi un juego de niños, a pesar de la menor rigidez de los descapotables. Y es que la fábrica de los sueños de Maranello parece poseer un arsenal tecnológico inagotable para resolver cualquier desafío superando siempre las expectativas.
Es lo que refleja su última creación, que en realidad se limita a cumplir el paradigma que Luca Cordero di Montezemolo pidió a sus ingenieros en 1991, al asumir la presidencia: “Hay que hacer coches que pueda conducir cualquier cliente que tenga dinero para comprarlos”. El Portofino llegará a España en mayo, y aunque es el Ferrari más accesible, está solo al alcance de algunos privilegiados: se vende desde 215.000 euros.
Al igual que los estrenos más recientes frente a los modelos anteriores, el sustituto del California T marca un salto adelante espectacular. Se trata de un superdeportivo de 4,58 metros de largo (un VW Tiguan mide 4,49), que gracias a su techo metálico retráctil puede cumplir como cupé y también como descapotable: es posible accionarlo en marcha, hasta 40 km/h, en 14 segundos.
Su carrocería, esculpida y afilada, fusiona la fuerza del frontal en una silueta exquisita. Y el lateral, de trazos suaves y hombros musculosos, incluye unas sofisticadas entradas y salidas de aire que afinan la aerodinámica para ganar apoyo a alta velocidad.
El Portofino adopta el motor 3.9 V8 biturbo del 488 GTB, con 600 cv, 40 cv más que el California T, y el cambio automático F1 de siete marchas, de respuesta instantánea. Las prestaciones son casi de caza de combate: acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, llega a 200 en 10,8 y alcanza 320 km/h. Y solo necesita 34 metros para parar desde 100 km/h. Una de las claves de su eficacia es el peso: gracias al uso de aluminio y magnesio es 80 kilos más ligero que su antecesor (1.620 kilos con conductor), lo que a su vez reduce consumos y emisiones: 10,7 litros de media y 245 g/km de CO2, casi lo mismo que antes a pesar del aumento de potencia.
Pero el nuevo sueño de Ferrari logra, además, conjugar deportividad y utilidad. Su interior, con 2+2 plazas, gana cinco centímetros de espacio para las piernas atrás, y aunque estos asientos solo valen para niños y apuros, los utiliza el 30% de clientes, según la firma. El maletero ofrece una capacidad más que correcta de 282 litros, y la versatilidad se completa con una conducción fácil y al alcance de todos los públicos: busca la máxima eficacia, pero admite con naturalidad el uso diario, incluso en ciudad. Puede transmitir una garra impactante y resultar, incluso, confortable.