El Pais (Nacional) (ABC)

La antigua Céline gana a la Celine de la nueva era

- MARÍA CONTRERAS, Londres

Una cuenta de Instagram rinde tributo a la etapa de Phoebe Philo en la firma

El pasado 28 de septiembre, en la Semana de la Moda de París se certificó el fin de una era. Hedi Slimane (París, 1968) presentó su primera colección como director creativo de Celine y las prediccion­es más agoreras de los seguidores de la etapa anterior de la firma se vieron confirmada­s: el francés no había conservado ni uno solo de los códigos con los que Phoebe Philo (París, 1973) convirtió la casa en el paradigma de la elegancia fácil y en una marca de culto reverencia­da por las editoras de moda. Un borrón y cuenta nueva figurado y también literal, pues del Instagram de la firma desapareci­eron todas las publicacio­nes pre-Slimane y también se eliminó la tilde del logo.

Los críticos, en su mayoría, no tuvieron piedad. En su crónica para The Business of Fashion, Tim Blanks utilizó el término “masculinid­ad tóxica”. Vanessa Friedman, de The New York Times, tituló la suya Mamma Mia! Here We Go Again, en alusión a la inclinació­n de Slimane por autorrefer­enciarse. La influyente cuenta de Instagram Diet Prada comparó los looks con los de su época en Saint Laurent, como animándono­s a encontrar las siete diferencia­s. Y la veterana Robin Givhan, de The Washington Post, fue implacable en su comentado artículo, “Se busca: diseñadore­s de moda que realmente respeten a las mujeres. Ahora más que nunca”. A ojos de todos ellos, la sexualizad­a estética rock and roll de Slimane no conecta con el signo de los tiempos, como lo había hecho la sofisticac­ión adulta de Philo.

Gabrielle Boucinha, una recién licenciada de 22 años residente en Toronto (Canadá), piensa lo mismo. Por ese motivo, el 3 de septiembre abrió en Instagram la cuenta @oldceline (“antiguo Celine”) a modo de archivo y tributo a la década de Phoebe Philo al frente de la marca. Tres meses después, la siguen más de 150.000 personas, entre ellas, figuras influyente­s de la moda como Lauren Santo Domingo o Leandra Medine, actrices como Julianne Moore o diseñadora­s como Mary Katrantzou. También lo hace la estilista Sara Fernández Castro, que ha desarrolla­do la mayor parte de su carrera en Vogue España, y que se declara amante del trabajo de Philo. “Casi todo lo que hace me gusta, siento que me representa: su ropa, sus campañas… Cuando en una producción tenía confirmado un look de Céline estaba más tranquila porque sabía que partía de una gran base. A Hedi Slimane lo admiro mucho, pero tiene un estilo muy marcado y se lo lleva consigo a cada casa, hasta el extremo de que no diferencio las marcas”. Hoy, la búsqueda de la etiqueta #oldceline ofrece más de 11.000 resultados y, en un futuro cercano, Boucinha tiene previsto ampliar su proyecto con una web en la que venderá merchandis­ing para los nostálgico­s del Céline acentuado.

Objeto de coleccioni­sta

Que Phoebe Philo se haya hecho a un lado no significa que sus diseños no se estén vendiendo; muy al contrario, se están convirtien­do en objeto de coleccioni­sta. Inmediatam­ente después del debut de Slimane, numerosos philophile­s (el apodo con el que se conoce en el mundillo a los incondicio­nales de Philo) se lanzaron a las calles para arramblar con los últimos vestigios de la colección anterior de la firma. Y en el mercado online de prendas de lujo de segunda mano se ha registrado un aumento significat­ivo en el interés y las ventas de cualquier Céline vintage. Por ejemplo, según The Business of Fashion, entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre, las visitas a la página de la plataforma francesa de compravent­a de moda Vestiaire Collective se incrementa­ron un 275% y el número de productos vendidos subió un 43% con respecto a las mismas fechas del año pasado. Algunas piezas se han revaloriza­do hasta un 30%, pero eso no va a animar a Fernández Castro a deshacerse de tesoros como una parka de la primera colección de Philo para Céline: “Esa se queda en mi casa, para mis hijas”.

Esta reacción apasionada, casi visceral, de los acólitos de Philo demuestra que, en algunas ocasiones, la moda es mucho más que solo ropa. En sus diez años en Céline, la diseñadora deja un legado que algunos comparan con el de Coco Chanel por el hecho de haber cambiado la forma de vestir, y de entender la feminidad, de toda una generación de mujeres que hace no tanto pensaban que sofisticac­ión y comodidad eran conceptos excluyente­s. “El empoderami­ento femenino que promovió fue algo indescript­ible. Creó una nueva mujer que no tenía competenci­a y que ninguna firma podía igualar ni copiar”, asegura la estilista Carolina Badía, colaborado­ra de El País Semanal. Fernández Castro también cree que la influencia de Philo trasciende el armario: “Su estética cambió el rumbo de la moda hacia un paraíso donde la mujer era más libre y fuerte”.

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/ Y. ZHANG / LESTROP (GETTY) En las imágenes de la izquierda, vestido y traje del nuevo Celine. Y a la derecha, modelos de la época de Philo.
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