El Pais (Nacional) (ABC)

El paciente Valverde

Dembélé llega dos horas tarde al entrenamie­nto después de que el técnico le eligiera por delante de Coutinho contra el Espanyol

- RAMON BESA, Barcelona

Messi fue la figura del derbi en Cornellà-El Prat. Jugó un partido solemne por su liderazgo, desequilib­rio en las conduccion­es, remates y goles y, por supuesto, por su universali­dad, compendio de las virtudes que se le suponen al número uno. El 10 encontró el paisaje ideal para exhibirse después de la intervenci­ón de Valverde. El entrenador tomó dos decisiones trascenden­tales para la suerte azulgrana: eligió a Dembélé como punta por la izquierda en lugar de Coutinho y situó a Rakitic en el puesto de interior zurdo, a la altura de Busquets, en una posición de doble pivote que maniató a Marc Roca y liberó a Arturo Vidal como interior derecho, para que pudiera estirar al equipo e iniciar la presión que tanto incomodó al Espanyol. Resguardad­os los laterales Semedo y Alba en tareas defensivas, el resultado fue de 0-4.

Muy cuestionad­o después de perder por 3-4 con el Betis de Quique Setién, Valverde ha respondido con determinac­ión y eficacia por el bien del equipo —no encajó ningún gol—, y especialme­nte de Messi, consciente de que se impone un plan a corto plazo, partido a partido, sin tener en cuenta el futuro salvo para las rotaciones, condiciona­do por el estado de forma y los egos de sus jugadores, la mayoría figuras aunque no compitan por el Balón de Oro.

El último ejemplo es el de Dembélé. El extremo francés llegó dos horas tarde al entrenamie­nto de ayer por la mañana después de que Valverde apostara por su titularida­d contra el Espanyol. La actitud de Dembéle obliga al entrenador a repensar la alineación para las citas del martes con el Tottenham y del domingo ante el Levante.

Más que competicio­nes, el Barça juega partidos, uno a uno, especialme­nte solvente cuando la cita se presenta como trascenden­te y más contempori­zador si no se siente apremiado por el rival ni por la clasificac­ión, que de momento lidera por delante del Sevilla, el Atlético y el Madrid. La mayoría de futbolista­s azulgrana coincidió en que habían salido muy concentrad­os al estadio de Cornellà-El Prat, sabedores de la importanci­a de la contienda: “Teníamos que ser sólidos y no conceder opciones al Espanyol”, coincidier­on tanto Rakitic como Piqué. No hubo apenas errores en el Barça. Dembélé estuvo muy despierto en la cancha, autor del segundo gol, para la mañana después quedarse dormido en su casa de Barcelona.

No es la primera vez que ocurre sino que por lo menos ha habido dos más. La última supuso que Valverde no convocara a Dembélé para el partido perdido precisamen­te contra el Betis. El extremo es tan efectivo en la cancha como disperso fuera, reprendido públicamen­te por sus compañeros, por la directiva y educadamen­te también por Valverde.

El técnico, sin embargo, siempre ha encontrado solución a los problemas planteados por sus jugadores y también a la presión por la falta en el Barcelona de jugadores de La Masia. Rafinha incluso corrigió a su padre Mazinho cuando amenazó que su hijo se iría porque le faltaba continuida­d antes de lesionarse en el Wanda Metropolit­ano; Denis Suárez se reivindicó en la Copa con jugadores del filial como Riqui Puig y Oriol Busquets; Aleñá ya tiene ficha profesiona­l; y hasta el rebelde Arturo Vidal, quejoso al inicio, se ha convertido en un muy buen jugador de equipo como se advirtió ante el Espanyol. Queda por ver qué ocurre con Coutinho y Dembélé.

A diferencia de la temporada pasada, Valverde aspira a disponer de hasta 15 futbolista­s que compitan para ser titulares en los partidos trascenden­tes de LaLiga y la Champions. La plantilla ha respondido en los partidos más exigentes y, por el contrario, fue débil ante rivales de menor empaque: ha perdido puntos con Leganés, Betis, Athletic, Valencia, Girona y también con el fuerte Atlético.

La prioridad, consensuad­a por el cuerpo técnico y los jugadores, es conceder menos ocasiones y por tanto no tomar goles después de encajar 19 en 15 partidos de Liga. Ter Stegen salió inmaculado del derbi y el equipo se mostró más profundo, vertical y rápido que en jornada anteriores, sobre todo porque supo defender con la pelota o con la presión, propuesta que resulta más fácil con el recuperado Luis Suárez, amigo íntimo de Messi.

El 10 reinó en Cornellà después del excelente juego de equipo propiciado por la mano de Valverde. El reto es que cada partido de LaLiga se afronte como si fuera una ronda de la Champions.

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/ Á. CAPARROS (GETTY) Dembélé, en Cornellà-El Prat.

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