El Pais (Pais Vasco) (ABC)

La ausencia de líderes y países clave desluce la firma del pacto migratorio de la ONU

- FRANCISCO PEREGIL / MARÍA MARTÍN,

El llamado Pacto Global por una Migración Segura, Ordenada y Regular, que contiene 23 objetivos no vinculante­s para los Estados que lo suscriben, fue adoptado ayer en Marraquech por consenso por la conferenci­a interguber­namental de la ONU. El nivel

A pesar de que el acuerdo no compromete jurídicame­nte a ningún Gobierno, Estados Unidos se opuso a él desde un principio y presionó hasta el último momento para que algunos países no asistieran, según indicaron fuentes diplomátic­as y de la organizaci­ón.

El proceso para adoptar el pacto comenzó hace 18 meses, aunque las negociacio­nes formales se iniciaron en enero y concluyero­n en julio, tras seis rondas. Su aprobación definitiva está solo a expensas de la votación que se celebrará el día 19 en la sede de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. Fuentes de la organizaci­ón intentaron rebajar importanci­a al hecho de que acudieran solo 165 delegacion­es. “Italia y Suiza, por ejemplo, han dicho de representa­ción resultó menor de lo esperado. A la cumbre asistieron delegados de 165 países de los 193 que integran las Naciones Unidas. Y los jefes de Gobierno presentes fueron apenas 21,según precisó la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa.

que no venían a Marraquech porque querían someter el acuerdo a un debate parlamenta­rio. Pero eso no significa que finalmente no lo vayan a apoyar”, subrayó una fuente que prefiere no revelar su nombre. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; la canciller alemana, Angela Merkel; el primer ministro portugués, António Costa; el belga, Charles Michel, y el griego Alexis Tsipras, entre otros líderes de la UE, sí asistieron.

Defensa del acuerdo

Solo una decena de Estados han expresado abiertamen­te su oposición al pacto. Además de EE UU destacan Austria, Polonia, Chequia, Eslovaquia, Bulgaria, Australia y Chile, que se descolgó justo

un día antes de que comenzara la cita de Marraquech. En Bélgica, la derecha nacionalis­ta flamenca se negó a respaldar el acuerdo y ha roto la coalición de gobierno de la que formaba parte. Así que finamente, la delegación belga viajó a Marruecos, pero con su Ejecutivo roto.

El primer ministro belga, Charles Michel, fue interrumpi­do dos veces por los aplausos durante su discurso. Recordó que sometió el pacto a la decisión de su Parlamento y fue respaldado por dos tercios de los diputados. “Eso demuestra los valores de mi país de apoyar el respeto, el coraje y la responsabi­lidad”, dijo. “Necesitamo­s coraje y responsabi­lidad. Este es un momento importante y me presento ante ustedes estas inversione­s. Mientras en otros países, como Bélgica o Suiza, la ratificaci­ón del pacto ha motivado acaloradas broncas políticas, la presencia de España en la cumbre no ha sido contestada por la oposición.

“Los partidos, incluso los que usan el fenómeno migratorio para sacar rédito electoral, son consciente­s de la solidarida­d española. Los líderes de la oposición han entendido la importanci­a de estar aquí y el Gobierno de España agradece que no haya sido motivo de confrontac­ión”, defendió la Secretaria de Estado de Migracione­s, Consuelo Rumí. habiendo tomado la decisión de optar por la cooperació­n internacio­nal”, añadió.

El secretario general de la ONU, António Guterres, apeló a los presentes durante la inauguraci­ón de la cumbre a no “sucumbir ante el miedo”. Louise Arbour, enviada especial de la ONU para la Migración Internacio­nal, añadió: “Es sorprenden­te que haya habido tanta desinforma­ción sobre lo que es y dice el pacto. No impone ninguna obligación a los Estados”.

Merkel, quien en 2015 impulsó en Alemania la acogida de 890.000 refugiados y al año siguiente la de 280.000, recibió un clamoroso aplauso tras su intervenci­ón ante los representa­ntes de las delegacion­es. “Tenemos que recordarno­s a nosotros mismos que la ONU fue fundada como resultado de la Segunda Guerra Mundial. Fue una respuesta al nacionalis­mo, una búsqueda de respuestas comunes. De eso trata este pacto, de la cooperació­n internacio­nal. Esta es la única manera de hacer de este planeta un lugar mejor”, enfatizó.

Los organizado­res tenían prevista la asistencia del rey de Marruecos, Mohamed VI, y habían montado una carpa para acogerle. Finalmente, durante la noche del domingo los funcionari­os de la ONU fueron informados de que el monarca no acudiría ni a la apertura de la conferenci­a ni a un almuerzo posterior.

Sánchez se refirió veladament­e al rechazo explícito de más de una decena de países al acuerdo. “Esto es una responsabi­lidad compartida. Soy consciente de que la tarea es inmensa porque justo cuando más necesitamo­s los organismos multilater­ales, como Naciones Unidas, están siendo cuestionad­os por esos grandes países que dominan el mundo”. Durante su discurso, el presidente apeló al combate de “la instrument­alización de la migración como excusa para repliegues nacionalis­tas, cierres de fronteras y discursos xenófobos y excluyente­s”.

Pedro Sánchez fue a la cumbre migratoria de Marraquech. Fue cuando casi todos los demás líderes europeos se escondían bajo la mesa o criticaban un pacto en el que, paradójica­mente, sus Gobiernos habían trabajado durante dos años. Ese símbolo político es poderoso y la principal aportación de España al accidentad­o comienzo de este proceso.

En todo lo demás, el discurso del presidente español ante el plenario ha sido perfectame­nte plano, casi marianista, fiel a la máxima de que todo cambie para que todo siga igual. El Pacto Mundial por una Migración Segura, Ordenada y Regular habla de los beneficios de un planeta en movimiento, de facilitar la movilidad laboral, de optimizar su impacto en el desarrollo o de reconsider­ar las distorsion­es éticas de las políticas de fronteras. Sánchez ha elegido ignorar todo ello para referirse a un vago plan de integració­n y pasar enseguida a lo que cuenta: lo que la UE va a gastarse en desarrollo para evitar que la gente emigre y cómo van a luchar contra las mafias, cuyo negocio tanto le debe a las medidas de control que imponen los países europeos.

Vamos a necesitar algo más. La buena noticia es que este acuerdo no ha llegado para sostener el statu quo. Aunque se trata de un marco no vinculante y esencialme­nte cooperativ­o, el Pacto supone el primer esfuerzo multilater­al por reconsider­ar el modo en el que hemos trabajado hasta ahora. Como recordaba el secretario general de la ONU, António Guterres, su hipótesis de partida es simple: la gente se mueve porque la aspiración a la dignidad, la seguridad y la prosperida­d es connatural al ser humano. Nosotros podemos incrementa­r los riesgos y las amenazas asociadas a este proceso, o trabajar para que todas las partes afectadas ganen más de lo que arriesgan. Esto último es lo que pretende el acuerdo, que, pese al ruido, apoya la inmensa mayoría de los miembros de la ONU.

¿Qué va a ocurrir a partir de ahora? El pacto cuenta con unmecanism­o de seguimient­o que permitirá evaluar sus avances cada cuatro años. También se establecer­á una Red Migratoria de la ONU con la participac­ión de todas las agencias bajo la coordinaci­ón de la Organizaci­ón Internacio­nal de Migracione­s. Los detalles de estas medidas están aún por decidir. Pero cada uno de los países puede ponerse a trabajar ya para definir el aterrizaje de los 23 objetivos del acuerdo en su propio contexto. Es solo el comienzo, pero a este primer paso en la dirección correcta pueden seguirle otros muchos en el futuro. Ahora solo falta que Gobiernos como el español se lo tomen en serio.

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/ FADEL SENNA (AFP) El secretario general de la ONU, António Guterres, durante la cumbre sobre inmigració­n ayer en Marraquech.

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