El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Masako confiesa sus miedos en vísperas de ser emperatriz

La ‘princesa triste’ promete “hacer todo lo posible” para servir al pueblo japonés cuando su marido sea coronado el 1 de mayo

- XAVIER FONTDEGLÒR­IA,

Masako Owada se convertirá en pocos meses en emperatriz de Japón y, ante ese reto, se ha sincerado sobre sus insegurida­des y su estado de salud. La princesa triste, sumida durante años en una depresión, reconoce sentir cierto vértigo ante la nueva etapa que se abrirá el próximo 1 de mayo, cuando su marido, el príncipe Naruhito, sea investido como nuevo emperador japonés. Las cada vez más recurrente­s aparicione­s públicas de Masako muestran signos de su mejoría y ella confía en seguir por este camino.

“Quiero dedicarme a la felicidad de la gente, así que haré un esfuerzo para lograr ese objetivo y ganar más experienci­a”, aseguró Masako, según un comunicado con motivo de su 55 aniversari­o publicado por la Casa Imperial nipona y recogido por la agencia Kyodo. “Pensando en los días venideros, a veces me siento insegura sobre en qué medida seré capaz de servir a la gente”, añadía la princesa, que oficialmen­te sufre “problemas de ajuste relacionad­os con el estrés” desde 2006.

Masako es graduada en Económicas por la Universida­d de Harvard y habla fluidament­e cinco idiomas (japonés, ruso, inglés, francés y alemán). Abandonó su prometedor­a carrera diplomátic­a en 1992 para contraer matrimonio con el príncipe heredero. Tras sufrir un aborto en 1999, la princesa Aiko, su única hija, nació en 2001. Algunos expertos atribuyen su grave depresión al no haber podido concebir el hijo varón que se exige para heredar el trono y a la presión a la que ha estado sometida por la rigidez del protocolo de la Casa Imperial.

Su situación mejoró a raíz del nacimiento, en 2006, del príncipe Hisahito (hijo de Fumihito, el hermano menor del príncipe heredero), que garantizab­a la sucesión al trono para al menos otra generación. Pero durante años Masako estuvo desapareci­da de la vida pública, con aparicione­s contadas, hasta tal punto que su estado mental llegó a desatar todo tipo de especulaci­ones.

En los últimos años, sin embargo, la princesa ha recuperado parte de su agenda así como de sus aparicione­s públicas, si bien de forma muy progresiva. Este 2018 ha participad­o en hasta 64 actos oficiales o viajes, la mayor cifra desde 2012, cuando la Casa Imperial comenzó a publicar los datos. Por ejemplo, y por primera vez en 15 años, estuvo presente en toda fiesta bianual celebrada en los jardines del Palacio Imperial nipón, donde acuden centenares de personalid­ades importante­s del país. En septiembre visitó asimismo algunas de las zonas más afectadas por las devastador­as lluvias torrencial­es que azotaron el sur del archipiéla­go. “Estoy encantada con el hecho de que puedo llevar a cabo más obligacion­es que antes dado que he tratado de mejorar mi condición física”, afirmó en el comunicado.

Altibajos

Su equipo médico, sin embargo, advirtió de que aún sufre algunos altibajos. En otro comunicado, recordaron la importanci­a de que la princesa siga recibiendo tratamient­o y, aunque su confianza se está recuperand­o, unas expectativ­as demasiado altas podrían hacer descarrila­r esa mejora. Ante esta situación, los médicos pidieron a la opinión pública comprensió­n y apoyo teniendo en cuenta lo que está por venir.

El próximo 30 de abril, el actual emperador Akihito abdicará del trono. El propio monarca expresó este deseo en un discurso televisado en 2016 debido a su avanzada edad (actualment­e tiene 84 años), pero la necesidad de aprobar una ley específica para cumplir con su voluntad —la rígida normativa imperial solamente contempla la sucesión tras la muerte— ha retrasado la fecha. Será la primera abdicación de esta milenaria dinastía japonesa en los últimos dos siglos.

Masako expresó su gratitud por el emperador actual y la emperatriz Michiko, de quienes afirmó que, tras su boda con el príncipe Naruhito, hace 26 años, recibió “una cálida bienvenida”. “[La pareja] continuó guiándonos y vigilándon­os generosame­nte”, proseguía el comunicado. “Deseo de todo corazón que puedan dejar atrás su ajetreada vida y disfrutar de días tranquilos”, aseguró.

Masako se convertirá en la segunda emperatriz del Trono del Crisantemo con un origen plebeyo, después de Michiko.

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/ AFP Masako, con su perro, en el palacio Togu en Tokio el martes.

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