Diecinueve mujeres con proyectos para cambiar el mundo
Las ideas femeninas, con una identidad que impone creatividad y audacia, construyen una sociedad más justa e igualitaria. He aquí 19 ejemplos
Benedetta Tagliabue Su estudio de arquitectura, Miralles Tagliabue EMBT (que creó con su esposo Enric Miralles, fallecido en 2000), tiene proyectos en marcha en países como Italia, Francia, Alemania o China. Solo uno de sus trabajos, cuya inauguración se prevé para 2019, se está realizando en España, concretamente en Barcelona: el Centro Kālida Sant Pau: «Trabajo demasiado fuera –reconoce–, pero este es un proyecto maravilloso». Necesario.
Situado junto al Servicio de Oncología del Hospital de Sant Pau y diseñado según el principio de arquitectura «para cuidar», dará soporte práctico, emocional y social, de manera gratuita y abierta, a personas con cáncer y sus familiares. Su puesta en marcha confirma la increíble capacidad de la arquitectura para mejorar la sociedad: «Ratan N. Tata, con quien he compartido el jurado de los premios Pritzker, me ha transmitido esa fe en nuestra profesión», comenta Tagliabue. Su vínculo desinteresado por este proyecto único en nuestro país y perteneciente a la red internacional de centros Maggie’s, con la que han colaborado reputados arquitectos como Zaha Hadid, Norman Foster o Frank Gehry, nació tras la experiencia de vivir el cáncer de su marido: «La idea de Maggie’s proviene de una mujer, Maggie Keswick Jencks, y es tan de sentido común que quizá un hombre no hubiera tenido la valentía de proponerla. Es genial, potente, importante. El centro Kālida tendrá una arquitectura con un punto de vista femenino e intentará hacer felices a los demás. La mujer tiene un papel especial en la sociedad porque se mueve con una capacidad de ayudar increíble y constante».
Myrtha Casanova Su vida da para una serie de alto presupuesto, con escenarios en Cuba, Estados Unidos, México, Venezuela y España, y en la que Kennedy y Castro tendrían papeles secundarios, ambos como villanos. Nacida en Cuba en 1936, estudió Filología y salió del país antes de la Revolución. Trabajó en publicidad en Estados Unidos, en una agencia no muy distinta a la de Mad Men, y fue reclutada por el FBI para hacer propaganda anticomunista. Tras el fracaso de la invasión de bahía de Cochi-