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Decoración.
Si lucimos las mejores galas en las fiestas, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestro hogar? El riesgo es que esta Navidad nuestros amigos no quieran salir de nuestra casa.
Prepara tu casa para Navidad. El peligro es que no quieras salir de ella…
Hagamos el ejercicio de imaginar una Navidad cantando villancicos, organizando cenas con los nuestros o abriendo regalos… pero sin el más mínimo rastro de estrellas, renos, abetos y flores de pascua. Desde luego, parecería menos Navidad. Porque eso que llamamos espíritu navideño se intensifica si creamos el escenario perfecto para celebrarlo. “Difícilmente se concibe esta época sin el tradicional árbol, los centros de mesa o las coronas. Sí, la decoración y ambientación de los diferentes espacios contribuye a potenciar ese espíritu navideño”, asegura el interiorista José Arroyo.
Ahora bien, ¿cómo convertir nuestra casa en ese lugar de encuentro con la familia, con las tradiciones y la ilusión de estas fechas sin traspasar la frontera del buen gusto? Primera lección: ¡adiós espumillón cutre, bolas kitsch y abetos despeluchados! Nuestros invitados merecen sentirse especiales. ¡Y nosotros también! El experto asegura que no hay razón para dejarse influenciar por tendencias ni modas ya que, al fin y al cabo, cada uno tiene su propia idea de lo que representa la Navidad: para algunos, será exceso y derroche; para otros, minimalismo y contención. La atemporalidad y el empleo de materiales nobles son un buen punto de partida: “Todo ello arropado con piezas que aporten calor y emoción”. Arroyo juega con texturas y materiales tan diferentes como la madera y el vidrio, y los mezcla con elementos naturales, como las plantas y flores, que no deberían faltar en nuestras propuestas decorativas navideñas. “Hay que acercar la naturaleza a casa. Salir en familia a pasear, recoger piñas, hojas secas… y crear centros de mesa y rincones especiales”, recomienda. ¿Plantas naturales o artificiales? “Depende de las necesidades y de lo que se pretenda, aunque hay pocas cosas tan placenteras como el aroma a pino, tierra mojada o flor recién cortada”.
Ramas de acebo, velas encendidas… y luces estratégicamente situadas. Porque el gran aliado de la decoración navideña es una iluminación que resalte aquellas zonas hacia las que deseamos atraer las miradas. Especial mimo debemos poner en realzar el espacio dedicado a la mesa en torno a la que nos reuniremos: “Imprescindibles los manteles de hilo y decoradas de forma barroca. Incluir colores tradicionales de la Navidad (rojo, verde, dorado y plata) es siempre una buena opción. Y no olvidemos que los detalles siempre marcan la diferencia: regalos envueltos de forma especial, mensajes con buenos deseos… Todo lo necesario para hacer de estos días los más especiales del año”.