El brutal choque entre dos antiguos aliados
El movimiento organizado alrededor de la figura del clérigo residente en Estados Unidos Fetulá Gülen, que aboga por una versión moderada del islam, tiene centenares de miles de seguidores en todo el mundo. Se calcula que esta organización gestiona casi medio millar de centros educativos en más de 130 países, como la Escuela Mehmet-Akif de Pristina (Kosovo).
A comienzos de este siglo, Gülen era un aliado del actual presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Tras el éxito electoral del AKP, el partido de Erdogan, los gülenistas incrementaron su acceso a puestos en la Administración, la justicia, el sistema educativo, los servicios de seguridad y los medios, algo que ya venía produciéndose desde finales de los años ochenta, aunque a un ritmo menor. Sin embargo, tras las protestas del Parque Gezi en la primavera de 2013, los medios próximos a Gülen no defendieron al Gobierno del AKP en su actuación contra los manifestantes y el clérigo, desde su residencia en Pensilvania, criticó la falta de diálogo con quienes expresaban su descontento en las calles. Unos meses después, el Ejecutivo anunció un plan para cerrar las escuelas de preparación universitaria, una de las principales fuentes de financiación de los gülenistas, a lo que fiscales y policías cercanos al movimiento respondieron iniciando una investigación por corrupción contra el círculo íntimo de Erdogan.
Este, a su vez, comenzó la purga y el procesamiento de seguidores de Gülen en las fuerzas de seguridad y la justicia, y el cierre de medios de comunicación alineados con las tesis del líder religioso exiliado en EE UU. En julio de 2016 tuvo lugar el fallido golpe de Estado contra Erdogan y se desató la represión a gran escala de los gülenistas.