‘No ye una fatera’
«Fatera» es la traducción directa al aragonés del castellano “tontería”, y debería ser considerada también la traducción real de la opinión que desde los grupos parlamentarios de Ciudadanos y del Partido Popular tienen de la lengua aragonesa. La diputada del PP María José Ferrando opinó durante el último Pleno en la tribuna de las Cortes, la que nos representa a toda la ciudadanía aragonesa, también a la que conocemos y hablamos el aragonés, que «la fabla no es una lengua minoritaria, sino un invento que CHA nos quiere imponer». Supongo que esta señora pensará que cuando se publicó el Vidal Mayor, compendio legal de los fueros aragoneses escrito en el siglo XIII, CHA ya estaba allí para escribirlo, o que a los 56.235 aragoneses que lo conocen según el Seminario Aragonés de Sociolingüística se lo han enseñado, uno por uno, los dos diputados que CHA tiene en el Palacio de la Aljafería. Habría que preguntarse también por qué mientras los diputados populares en Aragón ponen en duda la existencia de la lengua aragonesa, el gobierno de Rajoy envía informes a la UNESCO, como es preceptivo, sobre las políticas lingüísticas de protección de la lengua más amenazada de toda la Unión Europea. Cualquier lengua es un patrimonio para toda la Humanidad y no es una tontería trabajar para mantener vivo el aragonés, principal valor además de nuestro patrimonio cultural inmaterial, que es común a todas las personas nacionalistas y no nacionalistas, de izquierda y de derecha. Otros territorios, como Galicia o Irlanda, lo tienen muy claro. En este último, el gaélico irlandés, aunque muy superado por el inglés en el uso cotidiano, es conocido por gran parte de la población gracias a su enseñanza escolar y a su utilización en varios medios de comunicación públicos. No es una tontería invertir dinero público en cultura, que al fin y al cabo es lo que hay detrás del epígrafe política lingüística, y si no lo hacen nuestras instituciones, ¿quién lo va a hacer?