Macron hace frente a la primera protesta por la reforma laboral
La mayoría en el Parlamento facilita el trámite de la ley al presidente francés El colectivo sindical y asociativo Frente Social prepara más movilizaciones
No será hegemónica pero, con 308 diputados de La República en Marcha en un hemiciclo de 577 escaños, la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones legislativas es más que confortable para sacar adelante sin grandes sorpresas las reformas clave de su mandato.
Una de las primeras será la del mercado laboral. Fue una de sus promesas de campaña y Macron pretende culminar con éxito el giro liberal que a François Hollande le costó meses de protestas en las calles. La reforma se hará rápidamente, recurriendo a las órdenes ministeriales para no pasar por un largo trámite parlamentario. Pero otra cosa será la calle.
Ayer mismo, Macron y su Gobierno tuvieron un aperitivo del movimiento social con el que se pueden topar en los próximos meses. Horas después del atentado frustrado en los Campos Elíseos de París contra un furgón de la Gendarmería francesa, se organizó ante el Palacio Bourbon, sede de la Asamblea Nacional, una concentración del colectivo sindical y asociativo Frente Social contrario a las ordenanzas ministeriales que abrirán la vía a la reforma laboral.
«Frente a los ataques / gubernamentales contra el código laboral y la protección social que preparan y la parodia de negociación a la que se prestan los dirigentes sindicales, respondemos con la movilización, en toda Francia, a partir del 19 de junio», señalaban los organizadores de la protesta en un comunicado.
Con sus postulados liberales en lo económico, su proteccionismo en lo social y su promesa de cambio en la forma de hacer política, Macron ha dinamitado en las elecciones legislativas a los partidos tradicionales atrayéndose a políticos de centro izquierda y centro derecha. El Partido Socialista es el más damnificado. Hasta el punto de que muchos socialistas lo dan por muerto. Han quedado reducidos a 29 diputados en la Asamblea.
Los Republicanos salvan los muebles con un total de 113 escaños, pero se enfrentan a la división interna entre quienes están dispuestos a colaborar con el presidente y quienes defienden su condición de alternativa. Dos voces fuertes entran en el hemiciclo: en la Asamblea Nacional, fracturando los dos partidos hasta ahora hegemónicos, a la vez que ha disminuido el potencial de oposición de los extremos. Así las cosas, Macron aparece como un De Gaulle posmoderno que ha sacado muy buen partido de todos los instrumentos creados por el general el año 1958, a la vez que también ha apelado a la necesidad de hacer reformas, olvidar las ideologías y enfrentar los retos que exige un mundo globalizado.
Lo que aún no sabemos es si Macron es un caudillo estéril fruto de una ola de hartazgo popular, o si el nuevo presidente es un líder que aprovechará el poder hiper-presidencial que le otorga la Constitución de 1958 para hacer lo mismo que hizo De Gaulle hace casi 60 años: desmontar un régimen para construir otro nuevo a su medida.
☰ la ultraderechista Marine Le Pen y el izquierdista Jean Luc Mélenchon, aunque la primera se ha quedado, con 8 escaños, lejos de los 15 diputados que necesitaba para formar grupo parlamentario propio. La Francia Insumisa de Mélenchon logra 17 diputados.
Las legislativas dejan otra sorpresa de envergadura, la entrada en la Asamblea de tres diputados nacionalistas corsos. Un seísmo que confirma el avance del movimiento ‘Pè a Corsica (Por Córcega) en una isla dominada desde hace años por las grandes familias políticas.
Por otro lado, / siguiendo la tradición tras las legislativas, el primer ministro, Edouard Philippe, presentó la dimisión de su Gobierno al presidente, Emmanuel Macron, que le encargó la formación su nuevo Ejecutivo antes de mañana. Philippe procederá a una ligera remodelación para incorporar al Gabinete nuevos secretarios de Estado.
De momento, el único cambio de auténtico calado será la salida de Richard Ferrand, el actual ministro de Cohesión Territorial, que dimitirá para hacerse cargo de la presidencia del grupo parlamentario en la Asamblea Nacional.
Ferrnad, un hombre próximo al presidente, fue reelegido el domingo como diputado en su circunscripción de Finisterre. Los votantes no le han castigado, a pesar de que hay abierta una investigación judicial por la sospecha de nepotismo y posible conflicto de intereses en una jugosa operación inmobiliaria que cerró cuando estaba al frente de una Mutua de seguros de Bretaña. No obstante, hay quien interpreta este cambio de funciones como una sanción del presidente a Ferrand, que al salir del Ejecutivo estará menos expuesto mediáticamente.
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