El Periódico Aragón

Los contratos del ‘Corsa’ dejan en el aire mil empleos en las auxiliares

Los cambios en las adjudicaci­ones y la reducción de costes impuesta por PSA elevan la inquietud Los sindicatos convocan siete días de huelga en Proma y piden a Android retomar la negociació­n

- R. BARCELÓ rbarcelo@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

Alarma por los cambios en las nuevas condicione­s

El seísmo que provocó el cambio de dueño en Opel Europa todavía se deja sentir en Aragón. Aunque la tormenta remitió en Figueruela­s a finales del pasado mes de enero después de pactar un convenio con sacrificio­s salariales para la plantilla durante los próximos años, la inquietud se ha instalado ahora en las empresas que sirven piezas a Opel España. Algunas de ellas han perdido los contratos para la fabricació­n del nuevo Corsa eléctrico y otras se han visto obligadas a ajustar sus costes de producción –principalm­ente mediante bajadas salariales aplicadas a sus empleados– para poder competir por las adjudicaci­ones de los nuevos contratos.

Sea como fuere, en estos momentos alrededor de mil puestos de trabajo de las compañías aragonesas que fabrican componente­s para Opel España penden de un hilo. Android, Bosal, Proma, Prestalid y Fagor son algunas de las firmas que se han visto salpicadas por la nueva política del grupo PSA.

Proma, dedicada a la fabricació­n de la estructura metálica de los asientos, ha perdido el contrato para el nuevo Corsa, que saldrá de la línea de montaje de Figueruela­s a finales del 2019. En esta planta, ubicada en Épila, trabajan 126 personas, cuyo futuro corre peligro. La empresa y el comité estaban hasta ayer en plena negociació­n y no se descartaba nada, desde la presentaci­ón de un plan industrial por parte de la firma italiana a las salidas de los trabajador­es. Pero ayer el diálogo descarriló y los sindicatos convocaron siete días de paros consecutiv­os, a jornada completa, para los días 23, 24, 25, 28, 29, 30 y 31 de mayo.

La compañía no tiene intención de cerrar la planta y busca ya alternativ­as, pero su oferta ante posibles despidos (42 días por año con un máximo de 24 meses) no convenció a los sindicatos, que exigían 55 días por año con 42 mensualida­des. Son condicione­s muy similares a las que se negociaron hace unos años en la crisis que sufrió Lear, también en el municipio de Épila.

Otro de los conflictos laborales que sigue enquistado es el de Android, empresa que ocupa a más de 500 trabajador­es en el montaje de puertas y salpicader­os en la factoría de Opel España. La compañía quiere rebajar las nóminas para competir por los contratos de Opel, pero el comité no acepta una devaluació­n salarial, lo que condujo a la decisión unilateral de Android de dejar de aplicar el convenio. Ayer el comité exigió a la firma su vuelta a la mesa de negociació­n tras levantarse de la misma a finales de la pasada semana.

Bosal (150 empleos) es otra de las auxiliares que atraviesa problemas. La empresa perdió el contrato del Corsa y la plantilla aceptó indemnizac­iones mínimas de 35 días y un tope de 26 mensualida­des, así como el compromiso de trabajar por un plan industrial. De momento, su futuro también está en el aire.

Los sindicatos ya advirtiero­n hace unos meses de que la nueva política de PSA generaría conflictos también en las auxiliares. De hecho, estas recibieron cartas en las que se les instaba a reducir los costes un 19% si querían optar a los contratos para la fabricació­n del nuevo Corsa.

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EL PERIÓDICO Trabajador­es en la planta de Opel en Figueruela­s.

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