Monrepós, unas obras a paso lento
Ha transcurrido ya más de un mes de los deslizamientos de tierra que, a causa de las lluvias, agrietaron un tramo de la A23, en el puerto de Monrepós. El problema, que podía haber sido más grave si el colapso se hubiera producido a una hora más concurrida de vehículos, provocó el cierre de la carretera. El Ministerio de Fomento se comprometió a reabrirla en el plazo de unos días y se cumplió, pero los trabajos para la solución definitiva avanzan lentos, a la misma velocidad que el resto de la autovía que, supuestamente, tiene que estar finalizada a lo largo del 2020. Hoy, el ministro del ramo, Íñigo de la Serna, viaja a Huesca para visualizar in situ el estado de la infraestructura. Casualmente un día antes de que en el pleno del Senado tenga que contestar a la batería de preguntas que senadores del PSOE y Chunta Aragonesista, a través de Compromís, han registrado para conocer las causas de los corrimientos, si habrá que hacer un estudio global de los riesgos geotécnicos para prevenir futuras situaciones similares y si se van a retrasar los plazos de entrega del resto de los tramos. Inicialmente se ha atribuido a un hecho puntual --un invierno lluvioso que habría saturado la tierra y movilizado la roca-- pero como se ha demostrado con otros fenómenos, a veces lo excepcional se hace habitual. De la Serna debe comprometer hoy un plazo para la obra y cumplirlo.