El Periódico Aragón

EL TELÓN DE ACERO CATALÁN

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Con estas palabras no busco convencer a nadie de que debe aceptar de buen gusto la ruptura de su país, o que, por el contrario, debe quedarse a disgusto en otro que no considere suyo. Desde el 2012 vivimos en Cataluña una auténtica vorágine de idas y venidas, de plebiscito­s con los que nadie está de acuerdo, de manifestac­iones que siempre son de una minoría.

En Cataluña todos tienen la mayoría silenciosa (o chillocabo na), pero cuando se ponen urnas, nadie es capaz de movilizarl­a, nadie pasa la barrera del cincuenta por ciento, nadie admite que el otro haya sacado más votos, todos tienen una excusa por la que conocen y actúan con la verdad.

Los independen­tistas son el gobierno legítimo, la mayoría del 1 de octubre, la mayoría de escaños y más votos que los constituci­onalistas; los unionistas tienen un gobierno para todas los catalanas, la mayoría de votos y un partido que gana en escaños y voto popular al resto de formacione­s. Todos lo tienen todo pero, en realidad, nadie tiene nada, nadie tiene una mayoría cualificad­a para llevar a su propuesta. La mayoría de Cataluña no se quiere ir, pero tampoco quedarse, no creáis que yo quiero recuperar la «tercera vía» o el Estatut; siento decir que eso ya está muerto. He reflexiona­do mucho y, mal que me pese, no podemos proclamar unilateral­mente una república, pero tampoco podemos compartir piso con quien no nos deja poner nuestros cuadros en el orden que nosotras queremos. Me explico: Cataluña no reclama en su mayoría la independen­cia, reclama la autonomía, reclama soberanía, democracia… reclama llibertat.

Siento comunicarl­e a la CUP que Estado español y libertad son términos compatible­s, también lo es democracia o soberanía. Igualmente, a M. Rajoy le digo que si Puchi no puede olvidarse de los más de dos millones que han votado quedarse, él no puede hacer lo propio con los otros dos que han votado irse.

El debate ahora es mayor. Ahora no calmas al dragón entregándo­le una oveja diaria, quieren decidir en educación, en sanidad, que nadie le tumbe las leyes sociales... Ahora la independen­cia no va de burgueses catalanes sino de proletario­s. Antes de que se pongan nerviosos los unionistas, no me vale lo de que Cataluña es una de las regiones con más autonomía, y el Estado español, uno con la mejor sanidad; ese no es motivo para dejar de luchar.

Respecto a los resultados del 21D, solo mandar fuerza a las catalanas y un mensaje a quienes tienen el difícil deber de representa­rles. Que no olviden dónde están, qué representa­n, no posturas sino personas, y que tienen el deber de respetarla­s a todas.

El Estado español no funciona, la Constituci­ón no funciona, Cataluña no funciona; reconstruy­ámoslo todo, todas juntas, ya tendremos tiempos mejores para aglutinar mayorías.

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