El pasado lunes, Amibil inauguró
El pasado lunes, 21 de mayo, se inauguró el colegio de educación especial Segeda en Calatayud, y las familias de la asociación Amibil lo celebraron con gran satisfacción. Muchos de las familiares de personas con discapacidad intelectual en Calatayud y su comarca han reivindicado una respuesta educativa a las necesidades especiales sus hijos desde hace más de 20 años.
Cuenta Daniel Arias Moreno, presidente de Amibil, que «en 1998, tres familias no consentimos trasladar a nuestros sus hijos a centros escolares de Zaragoza». Según Arias, «Calatayud, es la cuarta ciudad de Aragón, y tenía el derecho a prestar servicios educativos a nuestros hijos». Por ese motivo, «las familias asumimos desde entonces la responsabilidad de exigir a la Administración educativa la respuesta deseada».
A lo largo de este periplo, explica Arias, «inicialmente se nos concedió un aula en el centro de Primaria Augusta Bílbilis, lo que nos hizo soñar con aulas inclusivas que tuvieran continuidad en uno de los dos institutos de nuestra ciudad, garantizando así la inclusión a lo largo de la escolaridad obligatoria». Sin embargo, detalla que sus «reivindicaciones, por diversos motivos, no tuvieron los resultados esperados, por lo que se hizo hincapié en la alternativa de un colegio de educación especial».
Esta solicitud fue atendida por Departamento de Educación, que construyó un aulario anexo al colegio Augusta Bílbilis. Dicho aulario no contemplaba la impartiEl ción de programas de transición a la vida adulta o garantía social, actualmente PCPI. Las familias de Amibil nuevamente exigieron estos programas, que finalmente fueron realizados por la propia asociación bilbilitana vía convenio. Aquellos alumnos son los actuales trabajadores del centro especial de empleo Adibil.
El aulario alcanzó su autonomía como centro de educación especial el pasado año. Hoy dispone de programa de transición a la vida adulta y está en previsión la implantación de un programa de cualificación profesional inicial.
Para las familias de Amibil, explica su presidente, «fueron momentos de gran orgullo porque vimos a los 36 alumnos y a los docentes felices de su proyecto educativo y a las familias satisfechas por no tener que enviar a sus hijos a Zaragoza, evitando así el desarraigo y la exclusión».
Desde Amibil quieren agradecer el apoyo recibido de aquellas personas y entidades que han sumado durante todos estos años para que este sueño sea una realidad. Y avanzan que seguirán trabajando para que los menores con discapacidad intelectual o del desarrollo de la comarca de Calatayud puedan disponer de los servicios educativos que les corresponden por derecho.
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