Un cuento sin final busca público que lo imagine
‘Al dolor del amor’, de Luis Merchán, se interpretará en el Mercado de jueves a domingo
«Se compra el amor, se vende el sexo, se compra el silencio, se venden los cuerpos». Sobre estos versos se sustenta Al dolor del amor, la nueva propuesta teatral del dramaturgo Luis Merchán que estará en el Teatro del Mercado desde el jueves hasta el domingo con una función diaria (a las 20.30 horas los tres primeros días y a las 18.30 horas el domingo). Del texto, interpretado por los actores aragoneses Ana García y David Ardid, poco más han querido desvelar sus responsables, ya que según dijo ayer Merchán en la presentación de la función, «es el público quien tiene que descubrir y vivir la obra». Al dolor del amor no sigue el esquema clásico de narración (planteamiento, nudo y desenlace) y es que «como en la vida», en palabras de Merchán, «el final es abierto». El objetivo es que sea el propio espectador el que se encargue, mediante sus propias elucubraciones, de imaginar la continuación de la historia. «La obra podría tener segunda parte, porque el final da para ello, pero no creo que la hagamos», avanzaba el autor, que también es el director de la obra.
Este cuento «sin final feliz, sin lágrimas ni sonrisas», según explicitó Merchán, obliga a los dos personajes que lo protagonizan a encontrarse, «que no necesariamente a entenderse», ya que «sienten y padecen mucho». Al
dolor del amor evoluciona según se interpreta, y el producto final ha sido el resultante de un trabajo común en el que los actores han ido surcando el texto hasta llegar a un punto de acuerdo. Para Ardid, dos son entre todas las cuestiones las que destacan en esta obra: «En primer lugar, ha sido un placer inmenso trabajar con Luis y con Ana. Encerrarnos juntos los tres para encontrarnos y desencontrarnos todo el rato –comentó el actor–. Y también me encanta la normalidad con la que abordamos asuntos que para la sociedad son anormales. Por convención, rechazamos cosas sin conocerlas».
Al dolor del amor se ha hecho realidad gracias a una coproducción entre Ideando Teatro y Arbolé, que cedió a modo de residencia artística una de sus salas a los actores de la compañía para que pudieran preparar la función. Además, el Patronato Municipal de las Artes Escénicas también ha tomado parte.