El fin de los puerta a puerta
Un decreto prohíbe la práctica comercial que criticaron las asociaciones de consumidores, la CNMC e incluso la Comisión Europea El sector ha acatado la decisión con resignación
La liberalización del sector energético debía servir para fomentar la competencia, pero fue también el acicate que dio pie al nacimiento progresivo de los comerciales del gas y de la electricidad que iban de puerta en puerta tratando convencer a los consumidores para que cambiasen de comercializador.
El Ministerio para la Transición Ecológica dio portazo a esta actividad en un real decreto ley de medidas urgentes el pasado octubre después de numerosas denuncias por parte de las asociaciones de consumidores (Facua y OCU), quejas y multas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) e incluso la advertencia de la Comisión Europea (CE).
«Las prácticas de venta puerta a puerta se han identificado como un problema en el sector energético. La electricidad y el gas son productos complicados y los consumidores pueden tener dificultades para tomar una decisión informada cuando se les ofrece un nuevo contrato en una situación de sorpresa, especialmente cuando no se les proporciona la información clave sobre la oferta», sostiene en un estudio la CE. España sigue la senda marcada por países como el Reino Unido y Dinamarca.
Como explica el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, «es muy difícil demostrar el engaño». En su último informe sobre la relación de los consumidores con las comercializadoras de luz y gas, la CNMC se sirvió de «compradores misteriosos» para realizar 130 gestiones presenciales, por teléfono y por internet a los cinco principales grupos. Y determinó que, «en algunos casos», los comercializadores trataban de disuadir a los consumidores de contratar tarifas reguladas y los «animaban» a contratar las del mercado libre, mucho más caras.
Según el panel de hogares de la CNMC, la mayoría de estos cambios se realizan a través de comerciales a domicilio. Entre el 2014 y el 2016, del 15,8% de los hogares que cambiaron de oferta de electricidad y del 16,2% de los hogares que cambiaron de oferta de gas, más del 40% en cada caso lo hicieron con estos comerciales.
En los últimos cinco años, más de seis millones de hogares se
Más del 40% de los cambios de compañía hechos en España los llevaban a cabo comerciales
Siete de cada 10 hogares ignoran los detalles del contrato que han firmado por la elevada confusión
han pasado de la tarifa de electricidad regulada a la libre (en el 2018 hay 15,2 millones en el mercado libre y 11,1 con tarifa PVPC, cuando en el 2013 había 8,2 en el mercado libre y 17,5 de PVPC). Además, siete de cada 10 hogares desconocen qué contrato tienen debido, en parte, a la gran confusión que crean las comercializadoras.
Ninguna empresa quiere facilitar cuántos comerciales tenía a su disposición, pero fuentes del sector coinciden en que la horquilla se sitúa entre las 5.000 y las 7.000 personas. Empleados que eran contratados a través de otras empresas que, si bien se han quedado sin ir de casa en casa, podrán formar parte de otras estrategias como las llamadas telefónicas o los puestos de información en centros comerciales.
Las comercializadoras han acatado la decisión del Gobierno con resignación, la mayoría conscientes de que en un momento dominado por el uso de canales on line esta figura pierde «razón de ser». El puerta a puerta podrá seguir existiendo si los clientes autorizan la visita a sus domicilios con cita previa.
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