Federico ¿te acuerdas?
¿ Te acuerdas, Federico? ¿Recuerdas nuestra sonrisa somarda cuando vimos que Andalucía se convertía en nacionalidad histórica? Sí, el capricho de la entonces oposición contra el Gobierno de la UCD, logró que ganaran tres referéndum, tres pulsos democrá- ticos con los que consiguieron tumbar a Suárez, café para todos y, de rebote, que la comunidad andaluza fuera considerada tan nación como Euskadi, como Cataluña o Galicia.
Y el viejo Aragón y la vieja Castilla, por no ser ni meros alfiles para amenazar a aquel gobierno ni al de ahora, quedaron como autonomías de tercera. Sí Federico, todo es absolutamente constitucional, entonces podías ir por el artículo 151 y, si no, te aplicaban el 143. Pero qué voy a contarte si llevas 82 años bajo tierra en una cuneta, sin que te aplicaran ningún artículo, sin nadie que reclame que te lleven a la catedral con salvas y cañonazos.
Con los años, Federico, se pudo comprobar que en nuestro sur no existía nacionalismo alguno, ningún partido a la izquierda ni a la derecha. Tú sabes que las ocho provincias han sido gobernadas durante casi cuatro décadas como franquicias del bipartidismo nacional (uso la palabra franquicia sin maldad, tú sabes).
Pero Andalucía ha sido y lo sigue siendo, una comunidad histórica. Y, aunque la Constitución diga que esto no conlleva privilegios, todos sabemos que no es lo mismo. Susana Díaz ha convocado elecciones cuando ha querido y Javier Lambán nunca podrá convocarlas (no es más que un ejemplo tonto).
Y justo ahora, Federico, comienzo a vislumbrar que somos históricos. Sí, porque la ultraderecha, ¿la recuerdas, Federico?... Ha logrado entrar en un parlamento español, y no a cañonazos, sino por las urnas. Lo que nunca consiguieron ni Franco ni José
Antonio. Y ha sido en Andalucía, no te miento. Y en Granada, donde yaces, han obtenido dos diputados. Perdona. Y ahora son históricos, porque hablan de «Reconquista» con mayúsculas y hablan de derrocar los últimos 40 años de régimen (no saben a quién plagian), hablan de borrar las comunidades, las históricas y las vulgares. No hablan, gritan. ¿Te acuerdas Federico? ¿Te acuerdas de cómo dolieron aquellas balas contra el extranjero, contra el diferente?
Federico ¿te acuerdas?
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