El Periódico Aragón

La olvidada clase media

- MARGARITA Barbáchano*

La clase media española ya no es media. Es más bien tirando a baja, porque cada vez se empobrece más y sigue soportando todas las cargas del sistema. En esta medianía de la población se encuentra el tronco de la sociedad; es decir la mayoría «silenciosa» que decía Rajoy (aunque para él solo eran los que no protestaba­n en la calle).

O sea: por arriba, muy arriba, tenemos unos pocos ricos cada vez más ricos que aumentan con cifras escandalos­as e indecentes sus ingresos y beneficios. Por abajo, los pobres o la población económicam­ente débil, que paradójica­mente cada vez es más numerosa porque se engorda de esa clase media empobrecid­a a la que hay que ayudar a vivir con algo de dignidad. Es decir: papá Estado tendrá que ocuparse de otorgar más subvencion­es, más ayudas. De lo que se deduce que este fenómeno de extremos sociales es un peligro para cualquier país, y en España una evidencia. Una bomba de relojería si los partidos políticos y los gobiernos no se dan cuenta y no adoptan medidas para equilibrar la balanza. SI DESAPARECE la llamada clase media —y vamos hacia ello— solo habrá una élite favorecida por la fortuna, los pobres de solemnidad, más los «nuevos pobres» que se van creando y que casi resultan invisibles. Como dirían los castizos, de momento «no dan mal». Pero que sin embargo ya empieza a notarse su decero. cepción y descontent­o a la hora de votar (conviene echar un vistazo a las elecciones andaluzas): aumenta la abstención o directamen­te dejan de votar a la izquierda (PSOE y Podemos) y apoyan a Ciudadanos o incluso a partidos de ultraderec­ha como Vox, porque se sienten ignorados y defraudado­s.

La clase media en España es la que paga los impuestos y la que hasta ahora ha sostenido el anhelado estado de bienestar porque tenía buenos trabajos. Ya no. Y todo ello sin recibir subvención o ayuda alguna. Ni para las matrículas de sus hijos, ni para la tarifa de la luz, o del gas, ni descuentos para el transporte público, ni ayudas para el alquiler, ni por cargas familiares cuando los hijos —por ejemplo regresan a casa porque se les ha acabado el paro y no encuentran trabajo— Nada, ¿Quién ayuda a un autónomo cuando cierra la persiana de su empresa?

Los nuevos pobres también son jóvenes y preparados que ganan sueldos de miseria, empleos precarios, afrontan alquileres imposibles, bajan la cifra de natalidad, y se sienten humillados y resignados con sus carreras y títulos bajo el brazo (no como Casado que no lo tiene) ante horizontes oscuros y desconcert­antes.

Mientras la derecha rechaza el salario mínimo de 900 euros, la izquierda se llena la boca con las minorías para argumentar su lado social y movilizado­r: minorías étnicas, minusvalía­s, feminismo, transexual­es y LGTBI, más ayudas a la inmigració­n. Los pensionist­as ni siquiera forman parte de sus principale­s preocupaci­ones. Temas todos ellos incuestion­ables y dignos de protección. Pero hay que abrir el abanico si quieren frenar la caída porque la demagogia del fascismo gana adeptos.H *Periodista y escritora

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain