Torra desafía a los Mossos al imponer una purga a Interior
El ‘president’ fuerza a Buch a depurar responsabilidades por los disturbios de Gerona y Tarrasa Agentes y sindicatos claman contra el ‘Govern’ y recuerdan que hay 20 policías heridos
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha vuelto a abrir una crisis entre el Govern y los Mossos d’Esquadra al exigir una purga en la Consejería de Interior y en la cúpula policial tras la actuación de los agentes autonómicos durante los disturbios del jueves, Día de la Constitución, en Gerona y Tarrasa como consecuencia de sendas movilizaciones convocadas por plataformas antifascistas, con el apoyo de la CUP, contra actos del partido de extrema derecha Vox.
Tras aquel llamamiento de Torra a los CDR a «apretar» horas después de que estos pintaran y lanzaran objetos contra los Mossos el pasado 1 de octubre, el doble juego del presidente catalán ha vuelto a exasperar a su propia policía. Por un lado, el Govern da la orden a sus antidisturbios de proteger las manifestaciones de Vox en Gerona y Tarrasa; por el otro, reniega de la actuación policial desplegada para cumplirla. El divorcio se produce, además, a dos semanas del 21 de diciembre, fecha en que los CDR preparan una protesta masiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez, que pretende reunir al Consejo de Ministros en Barcelona. El escenario puede volver a enfrentar a manifestantes independentistas y mossos en la calle. Y con un Torra que nadie sabe de qué lado estará.
El jueves no estaba / del lado de los Mossos, y por eso el president convirtió la Consejería de Interior en una olla a presión para el conseller Miquel Buch, el secretario Brauli Duart y el director del cuerpo, Andreu Martínez, que por la tarde había calificado la actuación de los Mossos en Gerona de «adecuada y correcta». Los tres quedaron aprisionados entre Torra -y la CUP- y los jefes de los Mossos, que defendían la proporcionalidad de las actuaciones en ambas ciudades y ponían el foco en el bando opues- de una policía democrática». Las palabras no han servido para desactivar el torpedo de Torra desde Eslovenia. Aunque sí han funcionado para indignar a los agentes de los Mossos, con quienes mantiene desde hace meses un duro pulso a causa de las condiciones laborales perdidas por los funcionarios, y con los sindicatos, que han vuelto a pedir su dimisión.