Ponerse a pedalear
La expectativa de ese gran pacto sobre la Educación entre todos los partidos políticos, que no sea lo que Horacio dice en Arte y poética: «Parirán los montes y nacerá un ridículo ratón». Yo no sé qué van a quitar y poner en esa reforma de la Ley de Educación, pero opino que si no ponen, por ejemplo, más respeto y estima al maestro-profesor, y que el alumno estudie con más esfuerzo, puede quedar la reforma en agua de borrajas, cosa que poco vale.
Porque dice un poeta (Melchor de Palau): «Dios, con rodear de espinas las rosas de los rosales, nos enseñó que lo bueno se logra a fuerza de sangre». A fuerza de sangre, de esfuerzo, en San Andrés de Itzapa (Guatemala) los indígenas de origen maya aprovechan partes de bicicletas usadas para construir «bicimáquinas»: sencillos electrodomésticos que no necesitan electricidad para funcionar, tan solo ponerse a pedalear. De esta forma, han creado lavadoras, desgranadoras de maíz, bombas de agua, afiladores, generadores de electricidad y todo aquello que necesitan para aplicar a sus labores cotidianas, en el trabajo y en sus casas.
Respuesta de Newton cuando le preguntaron cómo había podido descubrir su sistema mecánico del Universo: «Pensando en ello día y noche».
Si la nueva Ley de Educación no pone a pedalear al alumno, a