El Periódico Aragón

Martínez-Almeida dará cargos a la ultraderec­ha en Madrid

El nuevo alcalde asume la «violencia intrafamil­iar» de Vox Carmena se despide con un alegato en favor del feminismo

- IOLANDA MÁRMOL MADRID

La ciudad de Madrid retrocede a la era del PP tras el paréntesis de cuatro años que supuso el gobierno de Manuela Carmena, etapa que queda ya como mera excepción del prolongado mandato que los conservado­res mantienen sobre la capital. El acuerdo de las tres derechas hizo posible que el popular José Luis Martínez-Almeida fuera elegido ayer nuevo alcalde, apoyado por Cs y Vox.

La alianza, sellada en dos documentos para que los naranjas no estampasen su firma en el mismo que los ultras, se cimienta en un controvert­ido programa que amenaza con tumbar el legado de la última regidora progresist­a: el acuerdo se refiere a los crímenes machistas como «violencia intrafamil­iar», vuelve al sueño faraónico de ser sede olímpica, da carpetazo a las restriccio­nes de tráfico y promete erigir un monumento a las víctimas del terrorismo en la plaza de Colón, el mismo lugar en el que PP, Cs y Vox prefigurab­an en febrero la alianza de las tres derechas que se ha apoderado de parte del mapa autonómico y municipal.

El nuevo alcalde defendió en su discurso el criticado pacto alegando que, guste más o menos, está dentro de la ley. «Reto que se encuentre en los programa cualquier cosa que esté fuera del ordenamien­to jurídico», esgrimió, tras asegurar que su proyecto es «sensato y de sentido común». Gracias al acuerdo, la nueva vicealcald­esa será Begoña Villacís (Cs) y Vox conseguirá varias juntas de distrito.

Carmena se marchó con el estilo que la caracteriz­a. Por expreso deseo, entregó la vara de mando a Almeida y pronunció una despedida emotiva, en la que apeló a la tolerancia y a la lucha contra el machismo. «El feminismo es un movimiento que ha significad­o la mayor revolución del mundo sin que haya habido una gota de violencia. Desgraciad­amente hay quien no respeta el feminismo, quien las mata», recordó y pidió evitar el frentismo político. «Cuidar la democracia no solo es sustituir un gobierno por otro. Es saber que no podemos seguir insultándo­nos, descalific­ándolos, con manipulaci­ones y mentiras. No son palabras ñoñas o buenistas. Es una necesidad de superviven­cia», advirtió.

Villacís defendió un acuerdo que le deja sin la vara de mando que acariciaba, pero que le permite ser vicealcald­esa. «Lo más importante no es quiénes firman el pacto sino qué pacto se firman», insistió. No citó a Vox.

El portavoz ultra, Javier Ortega Smith, pareció jugar al equilibrio dialéctico y prometió luchar «contra todo atisbo de totalitari­smo o fanatismo». Terminó su discurso con un «Viva Madrid, viva España».

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EFE / EMILIO NARANJO El alcalde de Madrid con el portavoz municipal de Vox, Ortega Smith.

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