Un siglo de historia
El colegio Gascón y Marín de Zaragoza celebra 100 años de vida manteniendo la misma estructura arquitectónica en la fachada y las arcadas El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008
«Los 100 años sientan muy bien», contó la directora del colegio público Gascón y Marín de Zaragoza, Isabel Zamora, quién aseguró que «es un orgullo, ya que la escuela ha sido pionera en muchas cosas». Está de celebración y lo hace sin envejecer, ya que sigue manteniendo el mismo aspecto y la misma actividad, siendo uno de las pocos centros públicos, además de familiares en el centro de la capital aragonesa.
Fue el 11 de mayo de 1919 cuando se inauguró. Su construcción supuso un reto al tener que competir con los espléndidos edificios que habían sido levantados en la plaza de los Sitios con motivo de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, ya que constituía una muestra de los diferentes estilos arquitectónicos de la época. Fue entonces cuando el arquitecto zaragozano, José de Yarza, comenzó a viajar a distintos países para observar las diversas edificaciones e inspirarse en las ideas de Gascón y Marín.
Al principio eran dos escuelas en un mismo espacio: una para chicos y otra para chicas. «Fue la primera escuela graduada que clasificó a los escolares por cursos y edades», destacó la directora. Asimismo, fue pionera debido a que llevaron a cabo un cinematógrafo, construyeron Manufacturado talleres para la iniciación de formación profesional, así como de carpintería de imprenta y costura para las chicas, entre otros. «Todo esto era impensable para la época, pero era de las mejores escuelas de España», enfatizó Zamora.
Eulogia Lafuente y Guillermo Fatás fueron los primeros directores (uno para cada escuela) en asumir el mandato del Gascón y Marín. Hasta la fecha, han pasado doce directivos, teniendo en cuenta que los cuatro primeros compartieron tiempo.
El salón de actos fue uno de los más concurridos, ya que se puso Diversión un cinematógrafo donde se veía el cine de peseta los fines de semana con butacas ancladas al suelo.
Desde 1919, Gascón y Marín ha sido ininterrumpidamente escuela salvo los años de la guerra, donde los colegios desaparecieron y se utilizaron como hospitales. «Luego se volvió a recuperar y se reiniciaron las clases», divulgó Zamora.
Una de las anécdotas más curiosas es el busto de quien da nombre el centro. Este fue esculpido por un conocido del pintor zaragozano, Jorge Gay, que pidió a la escuela si le podían dar de comer a cambio de hacer algo útil allí. Fue entonces cuando le trajeron una pie
«La escuela sigue siendo la misma, lo que ha cambiado es la sociedad», cuenta la directora
dra de alabastro para que esculpiera. Poco a poco iba teniendo forma y cada uno decía que se parecía a alguien importante, hasta que se quedó con Gascón y Marín.
El colegio fue declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, en el 2008. Desde hace un año, también es centro bilingüe en inglés (modelo Brit), además de ser centro referente TEA (Trastorno del Espectro Austista), en un aula específica, entre otros.
«La escuela sigue siendo la misma, lo que ha cambiado es la sociedad», manifestó Zamora, quién aseguró que «somos mixtos, multirraciales, multiculturales y educamos desde la igualdad».
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